El "Daily Express" publicaba hace algunos días que la tenista rusa Anna Kournikova estaba negociando su participación en el próximo filme de James Bond. No sería su primer guiño al mundo del cine, puesto que ya interpretó un pequeño papel en la película Yo, yo mismo e Irene, dando vida a la directora de un hostal. Los expertos tendrían que analizar el caso de Anna, una tenista profesional incapaz de ganar un torneo pero que, fuera de las pistas, ha ingresado casi trece millones de dólares; sus golpes no son rentables, pero su cara de "Lolita" obra milagros entre los "creativos". Sus rivales lo saben, y por eso la francesa Nathalie Tauziet preguntó si en las pistas regalaban ahora papeles para acompañar a Pierce Brosnan. Creo que la Kournikova es una chica muy guapa (incluso bromeé con esa cuestión), pero mis auténticas "chicas Bond" son Arancha Sánchez Vicario y Conchita Martínez.
En Bélgica tienen que estar muy alegres porque Kim Clijsters y Justine Henin han logrado su primera Copa Federación. Me dio cierto coraje observar cómo estas dos jovencitas pasaban por encima de nuestras dos jugadoras sin darles el mínimo resuello, mortificándolas con cada golpe, arrinconándolas hasta sacarlas de la pista. Supongo que será ley de vida. Aprovechando lo que seguramente supondrá la pre-jubilación de las nuestras en la Copa Davis femenina, lo más correcto sería que Agustín Pujol, presidente de la Federación, organizara para ambas el homenaje que se merecen. Las belgas han ganado la primera y las nuestras ya llevan cinco.
Querría recordar que Arancha Sánchez Vicario ha logrado 89 títulos a lo largo de su carrera (4 Grand Slam individuales y 10 de dobles o mixtos), mientras que Conchita Martínez ha conseguido 42 (1 Grand Slam en su palmarés). En el caso de esta última, siempre recordaré la inmensa placa que preside Wimbledon, y que entre tanta Navratilova y tanta Graff defiende ese solitario Martínez, así como suena, terminado en nuestra sonora "z" de "zarzamora".
Sin ser 007 (un "marisabidilla" inglés si se paran a pensarlo un instante), pero con mi licencia para opinar intacta, insisto en que llegó el momento justo para que reconozcamos a Arancha y Conchita lo que han hecho por el tenis español. Ellas dos son mis auténticas "chicas Bond", aunque siga pensando que Kournikova tiene unos ojos preciosos. Lo cortés no quita lo valiente.
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