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Juan Manuel Rodríguez

No le dejan hacer el "Topo Gigio"

No había que ser ningún adivino para percibir que el futuro de Riquelme en este Barcelona de Van Gaal iba a ser gris, muy gris. J.R. ha tenido pocas ocasiones de imitar a "Topo Gigio", (las cuencas de las manos por detrás de las orejas) la marioneta italiana que gusta tanto a su hija, porque en realidad sólo ha marcado un par de veces –contra el Legia, en la Champions, y el día de la eliminación ante el Novelda en la Copa del Rey– vistiendo su nueva camiseta azulgrana. No era necesario leerle las manos a Joan Gaspart el día que, tras anunciar de forma solemne la contratación del crack argentino, dejó caer que quizás sería cedido a otro equipo. No hacía ninguna falta ser telépata para advertir lo que pensaba Van Gaal cuando, de nuevas a primeras, afirmó que Riquelme no era una estrella. ¿Un futuro gris?... Más bien un negro futuro.

Y el caso es que Gaspart fue contundente al afirmar en el programa Tres contra uno que él no cambiaría a Luis Enrique, Geovanni, Saviola o el propio Riquelme por Ronaldo, Figo, Zidane o Raúl. Cualquiera en su sano juicio deportivo los haría menos Gaspart, acuciado, eso sí, por el puesto que ocupa. El fichaje de Riquelme fue simplemente una tapadera, y es triste reconocerlo así porque estamos hablando de un futbolista único. Sirvió como tapadera para el propio jugador (que imitaría a "Topo Gigio", sí, pero no porque le gustara a su hija sino como provocación hacia el presidente de Boca Juniors); sirvió como tapadera a Joan Gaspart, más tocado si cabe tras la marcha de Rivaldo; y al mismo Van Gaal, recién llegado en su nueva etapa como entrenador barcelonista y sin muchas ganas de echarle un "pulso gitano" al presidente.

¿Y el fútbol? Futbolísticamente hablando yo no creo que haya una sola persona que dude que Riquelme es titular fijo en este equipo. Lo demostró, en los pocos minutos que estuvo sobre el campo, el día del derbi contra el Español. Asfixiado en la banda izquierda –como antes le sucediera a Rivaldo– en el instante en que J.R. tuvo mayor libertad de movimientos, el Barcelona pudo "desenredar" el partido. Luego se lesionó y ahora, según un escueto comunicado del club, el cuerpo técnico le ha autorizado para viajar hasta Argentina y asistir así al nacimiento de su segundo hijo.

No hace falta echar las cartas para darse cuenta de que a Riquelme le tocaron bastos el día que aterrizó en el aeropuerto de El Prat. La pregunta ahora mismo no es ya si Gaspart le cambiaría por Zidane, sino si Juan Román estaría dispuesto a cambiar el Barcelona por el Real Madrid. ¿Quien la responde?

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