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Vicente del Bosque comentaba el otro día, a propósito del recuperado derbi entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, que los "merengues" eran superiores a su rival del próximo domingo, añadiendo a continuación el siguiente latiguillo: "objetivamente hablando". Y se equivoca Del Bosque. No existe un mundillo menos objetivo que el futbolístico, cargado de adrenalina y emociones fuertes. Y el suyo es, además de todo, el comentario más subjetivo posible porque proviene directamente del entrenador del Real Madrid. ¿Si fuera al contrario se atrevería a decirlo? ¿Diría Vicente que su equipo es inferior objetivamente hablando? Yo creo que no.

Jesús Gil comentó en su momento que Movilla era mucho mejor futbolista que Zidane y que él no cambiaría a su jugador por el francés ni por todo el oro del mundo. ¿Cómo es eso posible? Al analizar el derbi, Del Bosque se olvidó de un componente básico, y ese es el sentimiento grupal, la idea de pertenencia a algo o alguien, un instinto tribal que va mucho más allá del simple enfoque técnico, táctico o económico. Por eso Gil no cambiaría a Zidane por Movilla. Y por eso –y porque el domingo podría suceder que acabara ganando el Atlético– de la única forma que no puede ser superior el Real Madrid es "objetivamente hablando".

Más ejemplos que tumban la teoría de la objetividad de Vicente del Bosque. ¿Existe algo más científico, más real y objetivo, menos interpretable que un dato? Nadie podría negar, por poner un caso, que este artículo va a aparecer publicado en Libertad Digital el 16 de enero del año 2003, salvo, naturalmente, que ello afectara a los sentimientos de la gente. Por ejemplo: de todos es sabido que el Real Madrid ha ganado 9 Copas de Europa. Parece un dato objetivo. Incuestionable, racional y tangible. Pues bien, para Gaspart sólo han ganado 3 Copas de Europa. Que nadie pretenda convencerle de lo contrario porque dañaría directamente sus sentimientos y no se dejaría atrapar por ningún argumento.

¿Cuantas veces vemos repetida una jugada en la moviola, y para unos es un penalti claro y para otros resulta un indecente "piscinazo"?... ¿Por qué? Porque no existe nadie que hable de fútbol con objetividad. Si el árbitro pita este domingo un penalti en contra del Atlético de Madrid ya tendremos el lío montado. Si es injusto, por la injusticia; y si es justo, porque no habrá nadie en el mundo capaz de convencer a un atlético de la justicia de dicha decisión. Y al contrario con los madridistas. Me río yo de ese "objetivamente hablando" de Vicente del Bosque.

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