Quiero ser como Beckham, de Gurinder Chadha, se ha convertido en la última sensación del cine británico, una comedia dramática que arrasa como antes lo hizoBilly Elliot, y mucho antes que él lo hicieron los mundialmente conocidos parados deFull Monty. La chica paquistaní que interpreta Parminder Nagra quiere jugar al fútbol, y si las circunstancias se alían en su contra no es –no vayan a equivocarse– por motivos económicos, (su padre es piloto y la familia vive sin privaciones en un buen vecindario) sino por razones culturales y religiosas. En realidad, de lo que hablaQuiero ser como Beckham, bajo la excusa del deporte rey, no es de otra cosa que del eterno conflicto generacional, de esa inacabable batalla existente entre los padres y sus hijos. El fútbol es sólo una metáfora.
Cogeré, si se me es permitido, el rábano por las hojas, para trasladar hasta aquí la misma batalla generacional. Yo, al contrario que la chica interpretada por Nagra, no quiero ser como Beckham y ello es también debido, probablemente, a nuestra diferencia de edad. Sí es cierto que soñaba con ser Borg o Juanito cuando tenía dieciséis años, pero la edad no pasa en balde y ahora –cuando doblo con creces la "edad del pavo"– me he serenado y, mucho más maduro, lo que quiero realmente más que ninguna otra cosa en el mundo es convertirme en Louis Van Gaal. ¿Cómo se hace eso?... ¿Y a quién tengo que pedírselo?... ¿Recuerdan la películaBig, aquella en la que un niño pedía transformarse en adulto de la noche a la mañana? A mí me gustaría acostarme hoy y levantarme el sábado siendo Van Gaal, sin responsabilidades ni presiones, sin ninguna exigencia y cobrando una carretilla de millones, con mi libreta y mi pizarra para hacer dibujitos. Un hombre-niño feliz, en suma. El "complejo de Peter Pan", creo que le llaman. Eso quiero yo.
Y si la protagonista deQuiero ser como Beckhamtuviera mi edad, estoy seguro de que querría exactamente lo mismo. De hecho, yo creo que el padre-piloto quiere ser también Van Gaal y dejar atrás el estrés de sentirse responsable de cientos de vidas. Eliminado de la Copa del Rey por un equipo de Segunda B, ahora Van Gaal rehuye cualquier responsabilidad en la Champions o la Liga. ¿Ganar la Liga de Campeones? ¿Conquistar la Liga?... El verdadero reto del entrenador holandés es quedar "clasificado entre los cuatro primeros", pero, ojo, sin presión. Con el "pitote" que tiene montado Gaspart, y con Bassat echándole el aliento en el cogote, este chico se va a pasar un año de auténticas vacaciones por el mar.
Cogeré, si se me es permitido, el rábano por las hojas, para trasladar hasta aquí la misma batalla generacional. Yo, al contrario que la chica interpretada por Nagra, no quiero ser como Beckham y ello es también debido, probablemente, a nuestra diferencia de edad. Sí es cierto que soñaba con ser Borg o Juanito cuando tenía dieciséis años, pero la edad no pasa en balde y ahora –cuando doblo con creces la "edad del pavo"– me he serenado y, mucho más maduro, lo que quiero realmente más que ninguna otra cosa en el mundo es convertirme en Louis Van Gaal. ¿Cómo se hace eso?... ¿Y a quién tengo que pedírselo?... ¿Recuerdan la películaBig, aquella en la que un niño pedía transformarse en adulto de la noche a la mañana? A mí me gustaría acostarme hoy y levantarme el sábado siendo Van Gaal, sin responsabilidades ni presiones, sin ninguna exigencia y cobrando una carretilla de millones, con mi libreta y mi pizarra para hacer dibujitos. Un hombre-niño feliz, en suma. El "complejo de Peter Pan", creo que le llaman. Eso quiero yo.
Y si la protagonista deQuiero ser como Beckhamtuviera mi edad, estoy seguro de que querría exactamente lo mismo. De hecho, yo creo que el padre-piloto quiere ser también Van Gaal y dejar atrás el estrés de sentirse responsable de cientos de vidas. Eliminado de la Copa del Rey por un equipo de Segunda B, ahora Van Gaal rehuye cualquier responsabilidad en la Champions o la Liga. ¿Ganar la Liga de Campeones? ¿Conquistar la Liga?... El verdadero reto del entrenador holandés es quedar "clasificado entre los cuatro primeros", pero, ojo, sin presión. Con el "pitote" que tiene montado Gaspart, y con Bassat echándole el aliento en el cogote, este chico se va a pasar un año de auténticas vacaciones por el mar.