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El ciudadano Maradona es poco perifrástico, no le van los circunloquios y huye del zigzag verbal como del mismo demonio. El ciudadano Maradona tiene poco que ver con aquel jugador de fútbol llamado curiosamente también Maradona, más amante que nadie del riesgo, poseedor de un sexto sentido que le animaba a buscar en cada jugada el más difícil todavía. Pero en cualquiera de ambas facetas (ya sea el ciudadano Maradona o el Maradona futbolista) no cabe duda que el mejor jugador de la historia es amante de los extremos; todo en él es un exceso. Por eso cuando el futbolista Maradona agarraba un balón atraía la atención de todos los aficionados; y por idéntica razón cuando al ciudadano retirado Maradona se le ocurre liarse la manta a la cabeza y reflexionar sobre lo que fuere, los periodistas de Radio Rivadavia trabajan más que en su vida, tiemblan los teletipos y se para el mundo. Diego Armando Maradona, para qué nos vamos a engañar, es una auténtica "mina".

Ahora el "pelusa" ha hablado precisamente en la "emisora hermana" de Radio Rivadavia. El lunes por la tarde los técnicos de la cadena argentina no daban abasto para distribuir una y otra vez la misma grabación. Había hablado Maradona y de nuevo para dirigir un misil a la línea de flotación del Barcelona. Diego lleva al Boca en el corazón y ahora quieren quitarle a Riquelme: "los gallegos anduvieron listos; primero nos quitaron Aerolíneas Argentinas y ahora quieren llevarse a Juan Román". Para acabar sentenciando: "seguro que por el camino hubo alguna mordida" y "el catalán es muy jodido".

El Barcelona del sobrevalorado Núñez tuvo la rara habilidad de acabar a tortas con Maradona y con Cruyff, dos instituciones. Ambos –cada uno a su estilo– mandan cada dos por tres una puyita con dirección a la ciudad condal. Johan de una forma mucho más taimada, sibilina. Maradona por las bravas, como se lanzaba a aquella piscina cubana probablemente bañado en alcohol por dentro antes de hacerlo en agua por fuera. El problema es que no hay debate posible con ninguno de los dos. ¿Cómo rebatir a un mito?

Al ojear por encima la prensa deportiva catalana constato que, muchos años después, siguen sin comprenderle. Hablan de venganza o bajeza moral cuando lo que sucede es que Maradona es simplemente Maradona, ese ciudadano retirado que de vez en cuando "pica" para que sepamos de qué hablar. Insisto: una "mina".

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