Florentino Pérez ha llevado al desguace el "Enola Gay" de Joan Gaspart. El jueves asistí en "El Tirachinas" a la desactivación del "Barón Rojo" del Barcelona (creo que el término adecuado aplicado al caso sería el de "abdución", como dicen que hacen los extraterrestres con sus conejillos humanos). Pieza por pieza, como el mejor y más detallista de los relojeros suizos, F.P. ha ido desmontando lenta pero inexorablemente el mecanismo del presidente culé. Ya lo hemos comentado en alguna que otra ocasión, pero es que este jueves en concreto asistí en directo a una de esas sesiones de espiritismo y no quería dejar pasar la ocasión sin contarlo: Florentino metiendo la cabeza en la boca del león azulgrana, y éste jugando al "Trivial Pursuit". Asombroso. Por eso me atreví a decirle a F.P. que él ya había ganado su partido, y por goleada.
El presidente del Madrid tuvo, además de todo, la tremenda osadía de comentarle a Gaspart que a partir de ahora consultaría con él antes de fichar a otro futbolista de su club. ¿Otro? ¿Pero hay otro además de Figo? Gaspart sacó a colación una frase, "la paz se logra con la justicia", que me hizo dar un respingo en el asiento: ¿Será posible que aún haya esperanza y don Joan no esté abducido del todo? (todo esto me recuerda un montón a la película El gabinete del Doctor Caligari).
El partido del año-siglo-milenio que se juega este sábado camina por los mismos derroteros. Paz y amor. "Gandhiano" total. Ni un mal gesto, ni una palabra más alta que otra. Por no haber, no ha habido ni siquiera tacos (igual algún "jopelines" de Pitina, pero poco más). Me parece que a este Real Madrid-Barcelona le faltan kilos de "tabasco" y, aunque la expectación sigue siendo altísima, añoro los gestos de aquel Hugo enfurruñado, o ese Stoichkov pisando con garbo a todo el que se acercaba por su vera; por pedir perdón, incluso Luis Enrique –el último mohicano– reculó el otro día en la Cadena Cope y brindó por su "ex", el Real Madrid.
No quiero ser mal interpretado. Todos los días se producen en nuestro fútbol escenas bochornosas protagonizadas por tarados mentales (una de las últimas, el apedreamiento en La Coruña del autobús del Madrid). Ni tanto ni tan calvo. Me están entrando unas ganas locas de fichar al mítico John Barry para que nos interprete de fondo Nacida Libre. Letra y música de Florentino Pérez. Aplaude, Joan Gaspart. Sólo hace falta elegir el vestido de la novia; naturalmente, de blanco.
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