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Juan Manuel Rodríguez

Paseando por la universidad de Dupont (y IV)

Los descubridores de talentos captaban al "diamante en bruto", y éste pasaba directamente del instituto a la NBA, obviando el paso universitario. Ese fue el caso, por poner sólo tres ejemplos muy gráficos, de Kevin Garnett, Amare Stoudemire o LeBron James

A ver, ¿cómo era?... Los descubridores de talentos captaban al "diamante en bruto", y éste pasaba directamente del instituto a la NBA, obviando el paso universitario. Ese fue el caso, por poner sólo tres ejemplos muy gráficos, de Kevin Garnett (procedente de Farragut Academy), Amare Stoudemire (Cypress Creek) o LeBron James (St.Vicent- St.Mary). Los ojeadores no se confundieron con ninguno de ellos. Garnett es la estrella de Minnesota Timberwolves, mientras que Stoudemire y LeBron James no tienen ningún problema para destacar en Phoenix Suns y Cleveland Cavaliers, respectivamente. Los tres son auténticas máquinas de hacer dinero, estrellas del baloncesto y oscuro objeto de deseo para cualquier marca deportiva que se precie y pretenda garantizarse un rápido éxito de ventas. El asunto de su formación personal o académica pasará, desgraciadamente, a un segundo plano. Pero no todos son Garnett... ¿Qué sucede con el resto? ¿Dónde van? ¿Cómo acaban?
 
El otro problema con el que se encuentran estos jugadores jóvenes que pasan directamente a la NBA desde escolares o ligas pequeñas europeas es que no tienen sitio en sus respectivos equipos. Les contratan, sí; demuestran que tienen un gran talento y potencial, también; pero sus entrenadores no confían en ellos debido, precisamente, a su inexperiencia en un campeonato tan exigente como la NBA.
 
Algunos acaban triunfando, pero otros se quedan en simples "saltarines" sin estudios, "juguetes rotos" apartados en la cuneta. Muchos veteranos se quedaron sin trabajo en sus respectivos equipos tras la llegada de jugadores que lo tenían todo para triunfar aunque no hacían otra cosa que "chupar banquillo" a lo largo de la temporada. De forma que el paso por una universidad no sólo ofrece la posibilidad de formación académica a aquellos deportistas de élite que así lo requieran sino también la consolidación deportiva. Emeka Okafor y Ben Gordon han tenido tiempo suficiente para todo: pasaron tres años en la universidad y ahora compiten por el premio al mejor novato del año de la NBA.
 
El próximo 30 de junio expira el actual convenio colectivo y los propietarios pretenden introducir algunos cambios, entre los cuales se encuentra un límite de edad que podría consensuarse en los veinte años (dos de las cuatro temporadas universitarias). No creo que el comisionado David Stern esté demasiado preocupado por la formación académica de los deportistas, pero si al final logran evitar el "lockout" (cierre patronal) y los jugadores ceden con el límite de la edad (una reciente encuesta señalaba que la medida era rechazada por un 70%) se habrá dado un paso adelante evidente.

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