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No hay más que puntos suspensivos en el affaire surgido entre Camacho y la prensa. Ya me gustaría a mí poner aquí y ahora un punto final redondo, rollizo y bien negro como, por ejemplo, aquel de Cien años de soledad, cuando García Márquez escribía: "porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra". A eso le llamo yo un punto final, un auténtico puntazo. Pero Camacho, que probablemente piense que Aureliano Buendía es un nuevo defensa central de Paraguay, no sabe poner puntos finales como los de Gabo, qué va, ni mucho menos, dónde va a parar. El escribe con puntos suspensivos, buscando segundas y terceras partes como en Sé lo que hicisteis el último verano o Pesadilla en Elm Street, la serie de Freddy Krugger. Igual que sucedía en Vida de ese chico, parece que al seleccionador nacional le dijeron algo de alguien... (puntos suspensivos).

Hoy ha dado un paso al frente y se ha decidido a asegurar que alguien de la Cadena Ser le dijo off the record a Pepe Carcelén que él había ido a Corea a "tocar los"... (otra vez los puntos suspensivos). ¿Y? Al margen de que el compañero (Jesús Gallego) haya desmentido de cabo a rabo la conversación en los términos que luego hizo públicos el seleccionador, no parece de recibo que Camacho generalice. Y mucho menos que el segundo entrenador de la selección, cual correveidile, le fuera raudo con el cuento a don José Antonio que ya tiene bastante con su 4-4-2 y con el "tridente" de Valerón, Raúl y Tristán. Mal empezamos y mal continuamos.

El otro día Camacho dijo que había periodistas que iban "a joder", y hoy se han hecho públicas las primas de los futbolistas internacionales. Bendita "jodienda" la que va a permitir ganar a cada jugador un máximo de 480.000 euros (80 millones de pesetas) en caso de ganar el Mundial, y justo el doble en el caso del seleccionador nacional (160 millones de pesetas) ¡por España! Si entendí bien lo que me dijo Miguel Angel Muñoz desde Corea, Cañizares (un tipo sensacional, una magnífica persona) cobrará como el resto, de forma que a todas las preguntas acumuladas se suma otra más: ¿En concepto de qué cobrará el bueno de Santi?

Ahora le toca hablar sobre el asunto, porque así lo prometió, a Fernando Hierro, el eterno capitán español. ¿Pondrá él un punto final o colocará de nuevo los fatídicos puntos suspensivos? Esperaremos acontecimientos pero, al parecer, según me ha chivado el taquillero de la entrada, Jason, el de Martes 13, no ha muerto... (puntos suspensivos)...

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