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Juan Manuel Rodríguez

Ranieri ya tiene fecha de caducidad

Lo del Valencia se veía venir desde lejos. No es lo mismo irrumpir sorprendiendo desde atrás y convertirse en la revelación del campeonato que mantenerse siempre ahí arriba, con la máxima tensión y el mayor nivel de exigencia

Jaime Ortí lo tendría mucho más sencillo que su sustituto J.S. para explicar la eliminación a las primeras de cambio de la Copa del Rey. Él echaría mano rápidamente de su maletín milagroso de las conspiraciones y elegiría cualquiera de ellas, la primera que viera, una bonita y con muchos colores... ¡Ya está! ¡Existe una conspiración para que el Lleida gane la Copa! ¡Sólo nos queda luchar por la Liga!... Quedaría entonces encontrar una conexión de estas raras entre, por ejemplo, el Camp d'Esports y el Comité Navarro de Árbitros, o entre Undiano Mallenco y Florentino Pérez y... ¡listo!... ¡a otra cosa mariposa!... Tengo que reconocer que contra Ortí me divertía mucho más. Era un tipo muy salado este Ortí. Y, además, alguien que reconoce haber llorado con "Los Puentes de Madison" merece todos mis respetos. Lo digo sinceramente.
 
¿Será gafe J.S.? ¿Más o menos gafe que el ex presidente argentino C.M.? ¿O que L.Y.?... Yo nunca he creído en los gafes, pero por si acaso... ¿Será gafe J.S.?... El primer partido que presidió en Mestalla fue un Valencia-Sevilla (1-2). El siguiente, contra el Inter de Milán, supuso la explosión de Adriano en la Liga de Campeones (1-5). Luego llegó el 1-0 contra el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, aunque insisto en que ésa derrota podría explicarla Ortí en cuanto quisiera. Y ahora, la eliminación en treintaidosavos de final de la Copa ante el modesto Lleida. Cuatro partidos y cuatro derrotas. Lo dicho, ¿será gafe?...
 
Aunque, dejando a un lado la posibilidad de que J.S. se haya convertido en el nuevo rigor de las desdichas del fútbol español, lo del Valencia se veía venir desde lejos. No es lo mismo irrumpir sorprendiendo desde atrás y convertirse en la revelación del campeonato que mantenerse siempre ahí arriba, con la máxima tensión y el mayor nivel de exigencia. Rafa Benítez lograba eso, y parece que Claudio Ranieri (a quien J.S. ha ratificado en el puesto, lo que significa que el italiano tiene fecha de caducidad) no está en disposición de hacerlo. Ya intuí el malestar de la plantilla cuando hablamos con Santi Cañizares, uno de los "pesos pesados" del vestuario, en "El Tirachinas" de la Cadena COPE allá por el mes de julio. Cañete acababa de ampliar en ese momento su contrato y sin embargo pareciera que iba de entierro. Los futbolistas no entienden qué pasó con Benítez y siguen sin comprender cómo a Mista le negaron el pan y la sal para premiar a Fiore, Corradi y Moretti, los "tres tenores". La factura que no pagó en su día Ortí deberá abonarla ahora su sustituto. Y con intereses.

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