Definitivamente no está siendo ésta una buena Eurocopa para David Beckham. Primero le pillaron en calzoncillos, y ahora se acaba de convertir en el jugador sobre el que recaen las mayores críticas tras la sorprendente derrota inglesa ante Francia. Si Zidane no hubiera marcado dos goles en los tres últimos minutos de partido, nadie se habría acordado del penalti fallado por el jugador del Real Madrid. El caso es que Beckham falló (los penaltis no suelen pararlos nunca los porteros), e inmediatamente todas las miradas se giraron hacia el emblema del equipo inglés. En Lisboa temían que rugiera la marabunta de los hooligans, pero al final la noche ha sido extraordinariamente tranquila; incluso los aficionados franceses se permitieron el lujo de consolar a los ingleses. Cuando esto escribo acaba de finalizar la rueda de prensa de Sven Goran Eriksson, seleccionador de Inglaterra, quien ha afirmado que "todo salió como estaba inicialmente previsto". Todo, quiero interpretar, menos los tres últimos minutos del partido, pero esos resulta imposible entrenarlos.
En el minuto noventa alguien me decía lo siguiente: "¡Hay que ver lo mal que está Zidane!"... El fútbol es una realidad sorprendentemente cambiante. En ese momento Zidane era un futbolista físicamente roto, incapaz de liderar al campeón europeo, un jugador en decadencia. Ciento ochenta segundos después de aquello, Zidane era mágico, genial, el jugador capaz de darle la vuelta a cualquier marcador y en cualquier momento. ¿Zidane no se había ganado ya suficiente respeto con su trayectoria antes de que llegaran los dos goles salvadores?... Pues por lo visto parece que no. Antes del partido contra Rusia se debatió sobre la titularidad de Casillas; ahora, según las últimas encuestas, el madridista es el dueño absoluto de la portería española. Y de nuevo vuelve a surgir la pregunta del millón: ¿Raúl o Valerón?... Ya lo dije el domingo por la noche en "El Tirachinas": conmigo, Raúl jugaria incluso sin sus dos piernas; si tiene una, miel sobre hojuelas. Eso para que no queden dudas al respecto.
¿Alguien cree que Eriksson sustituirá a Beckham en el segundo partido de Inglaterra porque ayer fallara un penalti?... Yo estoy convencido de que Beckham volverá a ser titular. ¿Y si Zidane no hubiera resultado decisivo, le cambiarían en el segundo partido de Francia?... Yo creo que no; Zidane volvería a jugar desde el inicio. ¿Por qué? Porque ambos son símbolos de sus respectivos equipos nacionales. Pues bien, el símbolo de España -nos guste o no nos guste- es Raúl. Y me parece que, como en el caso de Zidane con Francia o Beckham con Inglaterra, Raúl se ha hecho acreedor de un banco entero de crédito, miles y miles de cheques en blanco. No es cuestión de encuestar a los aficionados a la entrada de un estadio, ni tampoco de las frías estadísticas, sino simplemente de un poquito de respeto.