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"Gañote". Garganta o gaznate. Fruta de sartén enrollada en forma cilíndrica.

Me reí mucho el otro día leyendo un artículo de Manuel Martín Ferrand en la revista "Blanco y Negro". Hablaba sobre el "gañoterismo" de la prensa, una especie que descubrí en mis propias carnes allá por 1991, cuando el COE me invitó (a mí y a otros cincuenta más) a que visitara las obras de Barcelona-92. Recuerdo que comimos en la "casa-palacio-mansión" de Carlos Ferrer Salat, y yo, que acababa de llegar como quien dice, me sentí muy importante. Nos servía un camarero con guantes blancos, y al final de la visita repartieron bolsitas y chapitas con la cara de aquel chucho -el "Cobi"- que a mí -y que no se moleste Mariscal, o que se moleste- me parecía surgido de la perrera municipal del infierno de Dante. La azafata de turno asomó su carita por la puerta, tintineó con las bolsitas, y todo el mundo salió escopetado como si fuera la hora de la pitanza en un pozo petrolero. Yo no corrí porque, como ya he dicho, no me gustaba el perro, y la ocasión fue aprovechada por algún veterano que, bajo la excusa de una interminable prole de hijos y sobrinos, cobijaba bolsas con aritos olímpicos.

Es cierto que el poder establecido ha pretendido, desde tiempos inmemoriales, "dar de comer" al hambriento periodista. Desconozco o conozco sólo de refilón cómo será en otras secciones, pero en la deportiva tratan de seducirte con guiños muy curiosos. Sirva un ejemplo personal: durante muchos años critiqué con dureza a Ramón Mendoza. Me parecía un cachondo mental, un tío con gracia, pero un presidente nefasto para el Real Madrid. Creí que era mucho mejor que Lorenzo Sanz ocupara ese puesto y tomé públicamente partido. No recibí ni una mala felicitación navideña en todos los años de presidencia de don Ramón, pero el año que ganó Sanz me llamó Enrique Martín, jefe de prensa por aquel entonces, para pedirme mi dirección... ¿?... A los pocos días recibí en mi casa un jarroncito muy mono de cristal y una pluma estilográfica. ¿Por? Probablemente Sanz pensara que yo era un "periodista de cámara", cuando lo que había pretendido era defender al Real Madrid... ¿Era yo un gañotero? Me quedé muy tranquilo cuando, durante las últimas elecciones y a propósito de una información que difundí y que perjudicaba a Sanz, una persona del entorno del ex presidente me dijo, textualmente, lo que sigue: "reza para que gane Florentino porque si no vas a estar cuatro años a pan y agua (informativa)".

Hay que tener mucho cuidado con esto de los gañotes. José Damián González me dijo hace mucho tiempo que él nunca iba a comidas o cenas para que no se produjera ningún mal entendido. Ahora lo comprendo. Las pasadas navidades, y por primera vez en quince años, acudí a la comida que ofrecía el Real Madrid y a la de la Liga de Fútbol Profesional. Me faltó "la de las quinielas". F.P. tuvo el detallazo de mandarme a la Cope una agenda con el escudo del Real Madrid. ¿Soy yo un gañotero por eso? ¿Tendría que haber devuelto el regalo? ¿Deberíamos actuar siempre así los periodistas para evitar confusiones? No lo sé.

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