Acaban de detener a la mujer de Rumsas, tercer clasificado del Tour de Francia, en la frontera y en posesión de sustancias prohibidas, y este lunes la junta directiva del Real Madrid decide si contratar o no a un defensa central (F.P. dice que no, y Valdano recomienda a Chivu; será lo primero). Pero yo no hago más que pensar en el "chop hop", que no tiene nada que ver con la canción del verano de los del Río, sino más bien con una táctica empleada en el "windsurf" y que serviría, para que nos entendamos, para "arrancar la moto". Para iniciar el despegue de la tabla hay que buscar una "rampa" (una ola) aunque sea muy pequeña; luego hay que agarrar con fuerza la vela y tirar hacia arriba con la mano y pierna delanteras; más tarde hay que retraer el pie de atrás y arribar al poco mientras todavía nos encontramos en el aire para, por fin, aterrizar, estirar la pierna de atrás e inclinarse un poco.
Tengo delante de mí el manual del perfecto windsurfista. Este deporte no tiene ya nada que ver con el que, allá por el año 1967, inventaran dos programadores de la NASA, Hoyle Schweitzer y Jim Drake, cuando tuvieron la feliz idea de montar una vela sobre una tabla para deslizarse por la orilla de las playas de Los Angeles. Me tengo que comprar un traje de neopreno (XL), unos arneses, unos escarpines y, naturalmente, una vela, un mástil, la botavara, los aparejos (pie, base, prolongador, driza y cabos) y la tabla. Quiero hacer el "helicóptero", el "killer loop" y el "off-the-lip", aunque mucho me temo que sólo haré el ridículo si antes alguien no me da un cursillo acelerado.
Sólo puedo pensar en el "chop hop"... ¿Será eso malo?... ¿Estaré enfermo?... El caso es que el simple hecho de escribir sobre ello me relaja. Me veo con mi traje de neopreno ajustado, "chop hop" para arriba, "chop hop" para abajo, dándome unos enormes tortazos contra las olas y se me hacen los ojos chirivitas. El año pasado por estas mismas fechas me conformé con ver el mantelillo marítimo que me ponían en el "Vips" a la hora de comerme el "Fundy Olé", ahora ya no, eso no es suficiente. La próxima temporada va a ser muy larga y para afrontarla como es debido tengo que dejar de pensar en el "chop hop" de una vez por todas. Iré al mar. Y prometo no oír la radio. Así están las cosas.
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