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Juan Manuel Rodríguez

Solución para hipertensos

Ha sido una semana de pasión en España. Primero por la grave cogida de “El Juli” en la Plaza de las Ventas; el chaval quería salir por la Puerta Grande y se acercó demasiado a un morlaco que le miró mal y le corneó el muslo. Ahí estaba el veterano Soro para evitar males mayores y Julián volverá a torear en breve. Después, por el juicio de Joaquín José Martínez, preso los últimos tres años de su vida en el “corredor de la muerte” y finalmente liberado gracias al tesón de sus padres y a los cien millones de pesetas que le dio a su abogado. Lloré viendo a doña Sara defendiendo la inocencia de su hijo tras la sentencia absolutoria (“no culpable”) de un jurado popular. Tengo la tensión de un niño (se mantiene regular en el “12.7”) pero si el miércoles me la hubiera tomado seguro que andaba disparada por las nubes. Ningún problema: ahí estaba nuestra selección de fútbol para rebajarnos los ánimos a todos; ahí teníamos a nuestro José Antonio Camacho siempre oportuno con su tacita de valeriana.

Viendo el paupérrimo juego que España puso en práctica ante Israel me surgió una pregunta: ¿Y si hubiera sido Javier Clemente quien hubiera ocupado el banquillo en Tel Aviv? ¿Qué habríamos dicho los periodistas? Me respondí que no sería ético ni tampoco profesional pasar por alto el fiasco de este equipo sólo porque Camacho nos cayera simpático a todos.

Nadie duda de que, salvo desastre de última hora, la selección se clasificara como primera de su débil grupo para el Mundial-2002. Mi particular opinión es que la generación de los Hierro, Sergi, Nadal, Luis Enrique, Guardiola y compañía está ya para sopitas de ajo. Durante mucho tiempo han dado lo mejor de sí mismos pero ya se les acabó la gasolina. Ley de vida: también jubilaron a Di Stéfano y no pasó nada. Ahora bien: ¿Se atreverá Camacho a ser el Dantón español y darle la vuelta al equipo nacional? Lo dudo. Su reacción al final del encuentro del miércoles –“No sé qué queréis”– me hace ser pesimista.

El otro día un compañero me dijo: ¿Y tú a quién pondrías? Muy buena pregunta. No parece que a nuestras selecciones inferiores les vaya nada mal y es probable que ahí se encuentre la solución; pero es a Camacho a quien paga la Federación Española de Fútbol (muy bien, todo sea dicho) para resolver los problemas. Creo que el seleccionador optará por la "vía fácil" en Japón/Corea y luego, tras caer en octavos de final o quién sabe si alcanzar los cuartos, se marchará a casa. Un pobre bagaje. Aunque el miércoles, por lo menos, España diera una solución de emergencia a nuestros hipertensos. No hay mal que por bien no venga.

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