El criminal en cuestión se llama Gabriel Rodríguez Pérez –así, sin iniciales que le blinden– y llegó a los Juzgados de Santiago acompañado por su abogado quien, ya lo verán, se agarrará con escrupulosa profesionalidad al "arrepentimiento espontáneo" para evitarle a su defendido una pena mayor. Vamos conociendo más detalles del asesino. Por ejemplo, su "nombre de guerra" (porque estos no van al fútbol sino a la guerra) es "Gabi". Fundó "Los Suaves", sección violentísima de los ya desaparecidos "Riazor Blues". Para más inri el tal "Gabi" tiene conocimiento de deportes de combate, lo que resultó fatal al fin y a la postre para el pobre Manuel Ríos. Sí porque, según el testimonio de aquellos que pudieron ver la acción criminal, Gabriel Rodríguez le dio una "patada girando" a Manuel Ríos, lo que en el argot se denomina "spinning back". Vamos, como Bruce Lee.
Al "arrepentimiento" de presentarse en los Juzgados de Santiago (eso sí, con abogado de la mano) habrá que añadir también que, tras el "spinning back" mortal y al identificar a Manuel como un seguidor del Deportivo de La Coruña, "Gabi" pidió perdón. Emotivo gesto. Pidió perdón y huyó del lugar de los hechos. Pidió perdón y no durmió en su casa esa noche. Pidió perdón y permaneció escondido. Pidió perdón y, tras ser identificado por la compañera del fallecido y rastreado por la Policía, se entregó "espontáneamente".
Quizás próximamente debamos abrir más el abanico y exigir responsabilidades a todo el mundo. Y también –como he oído y leído por ahí– exigírnoslas a los medios de comunicación. Quizás. Es posible que los dirigentes deban hacer un profundo examen de conciencia. Puede. Los clubes deberían seguir en este sentido el buen ejemplo de Florentino Pérez y Joan Laporta quienes se niegan a negociar con estos salvajes. Y, ya puestos, habría que vigilar que la Ley del Deporte se cumpliera. El jueves vi un reportaje en Antena 3 y uno de los periodistas del programa de Pedro Piqueras introducía un revolver en el Nou Camp sin mayores problemas... ¡Una pistola!... Habrá que analizar eso y mucho más porque como dijo el alcalde de Santiago, José Sánchez Bugallo, "o trabajamos en serio o volveremos a vernos en otro campo santo". Hablaremos de todo pero ahora que el asesino pague por lo que hizo. Para que no vuelva a repetirse nunca más.
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