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Juan Manuel Rodríguez

"Tiburón" y la triple corona

Si el Real Madrid aguanta bien físicamente hasta que concluya la temporada tendrán que sacar a hombros a Valter Di Salvo por la puerta "0" del estadio Santiago Bernabéu. Alguien me dijo hace poco en uno de los chats de Libertad Digital que el romano era un auténtico monstruo de la preparación física, un innovador que trabaja "a la carta" con los jugadores en función de sus diferentes características y necesidades.
 
Empezó trabajando muy jóven en la serie "C" italiana y después estuvo quince años seguidos en la Lazio hasta que en julio de 2003 le llegó la llamada del Real Madrid. Lo que podemos contar a día de hoy (mediados del mes de marzo) es que el trabajo de Di Salvo -además del de Queiroz y Peseiro- ha llevado al equipo hasta la inmediata final de la Copa del Rey, los cuartos de final de la Champions League y un liderato más o menos estable en la Liga española. Pero, ¿qué sensaciones transmite el equipo?...
 
La eliminatoria contra el Bayern de Munich puede ser un magnífico termómetro del exacto estado de forma madridista. Y el Real Madrid fue, en líneas generales, muy inferior al equipo alemán a lo largo de los 180 minutos de juego. En Alemania fue el error garrafal de Khan quien salvo al equipo de Queiroz, mientras que en el estadio Santiago Bernabéu los germanos volvieron a llegar más y en mejores condiciones que los merengues. Tanto en el partido de ida como en el de vuelta extraje la impresión de que a los hombres clave del equipo no les respondían las piernas; querían pero no podían. Y es que Carlos Queiroz no ha podido rotar tanto a sus jugadores como se esperaba en un principio.
 
Me parece que, salvo sorpresa mayúscula, el próximo miércoles el Real Madrid conquistará en Barcelona su primera Copa del Rey después de doce años. El Zaragoza pudo aplastarle el sábado (en un partido extrañísimo que nunca se debió disputar) y no lo hizo. El miércoles, bien es cierto que sin Ronaldo, parece más difícil que los maños puedan sorprender a un sólo partido a este Real Madrid, pero la situación vuelve a estar muy abierta tanto en la Liga como en la Champions. Todo esto me recuerda mucho a aquella escena de "Tiburón" en la cual, tras contemplar por primera vez al cachalote que se les quiere merendar, el "jefe" Brody (Roy Scheider) recula hasta llegar, muy despacito, hasta el lugar en el que se encuentra el capitán Quint (Robert Shaw) y le comenta, serio y circunspecto, lo siguiente: "Necesitará usted un barco más grande". Habrá que esperar hasta saber si Queiroz quemó el motor del Real Madrid y si tan limitada (aunque escogida) tripulación era suficiente para pescar un tiburón blanco tan enorme como el de la "triple corona".

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