Debe ser que tras el Oscar de Hollywood logrado en la etapa de La Madeleine al amigo Armstrong le ha entrado un ataque agudo de humildad franciscana. El pelotón empieza a mirarle de soslayo y el texano le habrá visto las orejas al lobo para confesar que se encuentra un escalón por debajo de Anquetil, Mercx, Hinault e Indurain. Y sin embargo el americano tiene un dominio total y absoluto de la situación: sestea cuando quiere y gana de calle cuando le da la real gana. Desconozco si Armstrong tendrá la calidad del póquer anteriormente citado pero, hoy por hoy, no hay absolutamente nadie que le haga sombra al líder indiscutible del US Postal… ¿Quién le pone ahora el cascabel al gato americano? Me explico.
Miguel Indurain ejerció en su tiempo una dictadura implacable en el ciclismo mundial. Era el mejor y al resto sólo le dejaba las migajas. Pero entre 1991 y 1995 (años en los que el navarro se impuso en la ronda gala) conviene recordar que Miguel tuvo que vérselas, entre otros, con Riis, Zulle, Jalabert, Virenque, Cipollini, Alcalá, Pantani, Abdoujaparov, Breukink, Bugno, Chiappucci, Parra, Delgado o Lemond. Estamos hablando de catorce ciclistas del máximo nivel mundial; los mejores sprinters, los escaladores más cualificados, campeonísimos de una pieza. ¿Quién es capaz de complicarle la existencia en la actualidad a Armstrong? Y lo que es peor (mucho mejor para el yanquee) ¿es que hay alguien que se vislumbre en un futuro próximo como rival directo del americano?
Uno tiene la sensación de que Jan Ullrich es un alemán atípico. Llegó a la concentración previa al Giro de Italia ¡con catorce kilos de más! Luego perdió el peso sobrante y, con el esfuerzo, la potencia necesaria para estar entre los mejores. A Jan le dieron en su día todas las bendiciones para ocupar el trono que dejó vacante Miguelón y, aunque empezó como un tiro, se ha ido desinflando por el camino. Si no es Ullrich el enemigo de Armstrong ¿quién lo es? ¿el kazajo Andréi Kivilev? ¿Beloki? ¿Julich? No parece demasiado probable.
Armstrong cumplirá treinta años el 18 de septiembre y, si no le sucede ninguna tragedia, yo le veo ganando por lo menos un par de Tours más. Ullrich se ha quedado en una promesa con poca ambición, conforme con verle el “coulotte” al chico de Texas. Así cualquiera. Indurain tuvo que ganar a los mejores, no es en absoluto el caso de Lance.
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