Cuando peor iban las cosas, en pleno torbellino de críticas hacia el juego del Real Madrid de las estrellas e incluso hacia la idoneidad para el puesto del propio José Antonio Camacho, éste decidió entrar en el estadio Olímpico de Montjuïc como lo haría un elefante en una cacharrería. Prometió cambios y los hizo; no se paró ni un minuto a pensar en las posibles consecuencias de las ausencias obligadas de Zidane y Figo, que inevitablemente pasarían factura a la solidez del fútbol atacante de su equipo, ni tampoco sopesó la posibilidad de que las variaciones, -ahora dicen "rotaciones"- lejos de mejorar, empobrecieran aún más el pobre resultado que pudimos observar en el Bay Arena de Leverkusen.
Sin dos de los mejores futbolistas del mundo sobre el césped, Camacho decidió regalarle a Miguel Ángel Lotina la ausencia de otros dos, Beckham y Raúl, como si allí no se celebrara la tercera jornada de Liga sino la festividad de los Reyes Magos. Al final del encuentro el entrenador del Español no pudo por menos que reconocer que la ausencia de Raúl se lo había puesto mucho más fácil. Camacho tenía que estar loco si realmente pensaba que la presencia de Juanfran y Celades otorgaría más solidez al fútbol de su equipo. En la tercera jornada de Liga, -¡ojo, la tercera!- el Real Madrid Club de Fútbol dejaba en el banquillo a Raúl, Beckham, Morientes y Guti. Sigo creyendo que el desequilibrio de ese equipo es estructural, pero si la única solución táctica que se le ocurre al primer entrenador es la ofrecida este sábado en Barcelona, Florentino Pérez podría ir cerrando el kiosco.
El Español marcó un gol, pero pudieron ser dos o tres más. Tuvieron ocasiones clarísimas Tamudo, Maxi y De la Peña. En tres jornadas de Liga el Real Madrid sólo ha sido capaz de marcar dos goles. Jugó mal contra el Mallorca, muy mal ante el Numancia y en Barcelona simplemente decidió no jugar al fútbol. Y encima a Camacho le dio por "rotar". ¿Qué busca Camacho? ¿Busca realmente algo? ¿Sabe lo que le sucede a ese equipo?... A mi me dio por reflexionar sobre si las sustituciones ante el Español estarían respondiendo verdaderamente a una necesidad del Real Madrid o a una campaña de imagen del entrenador... Ya saben: "yo soy Camacho y no me caso con nadie". Por lo menos ya conocemos algo: Raúl no tiene privilegios. El "siete" vio el partido enterito desde el banquillo. No jugó ni un sólo minuto. Sabemos que Raúl no tiene privilegios con Camacho, pero seguimos sin conocer qué planes exactos tiene este entrenador para cuando decida darle descanso al capitán madridista. Salvo que el plan consista en continuar perdiendo.