Menú

Hace algunos años el Real Madrid llegó a cinco finales en la misma temporada y cayó derrotado en todas. Alfredo di Stéfano se sentaba en el banquillo, y creo recordar que entonces aquello se vendió como el no va más, la repanocha. Era falso. El Madrid cuajó una de sus peores temporadas. Para don Alfredo aquello debió ser un "marrón" de considerables dimensiones. Di Stéfano dijo una vez que "las finales no se juegan, las finales se ganan", y aquel equipo le cogió gustillo a eso de quedar el segundo.

Ahora me cuentan que Florentino Pérez tenía el otro día un "cabreo japonés" importante; F.P. no hacía más que remitir a los periodistas a su hombre de confianza, Jorge Valdano, que se ha convertido en la "sonrisa del régimen merengue". No era para menos. Pérez es sinónimo de éxito, tanto en su vida empresarial como en la personal, y ha prometido muchas cosas para los próximos cuatro años. Sin embargo el equipo de fútbol ha jugado ya dos finales (las dos de enjundia, de esas que otorgan "caché" internacional), y las ha perdido las dos... Si como dice el propio Valdano un equipo de fútbol es un estado de ánimo, el del Madrid en estos momentos debe ser el de un perdedor. Y no hay cosa que mosquee más a F.P.

Lo tiene difícil el nuevo presidente. Ganó las elecciones viniendo desde atrás (como marcaban los goles Caminero o Fernando), sorprendiendo a propios y extraños y del bracero de Luis Figo. Llegó al cargo prometiendo el saneamiento de una situación económica muy complicada, pero como es un hombre perspicaz no habrá que recordarle que los aficionados quieren victorias, quieren triunfos, y que cuando éstos no llegan agarran la almohadilla y no para sentarse en ella precisamente. No sé cuánto tardará en aparecer en escena Lorenzo Sanz.

Parece que el "ex" ya ha empezado a hablar de gafes en algunos cenáculos madrileños. Lo cierto es que mientras él tenía una flor en el trasero, F.P. no sabe todavía lo que es ganar un título. Será muy interesante observar (si las derrotas se extienden en el tiempo) contra quién tira la afición: si contra el presidente, o contra Jorge Valdano. Y sin necesidad de sacar las cartas, o de leer los posos del café o la palma de la mano de F.P., me atrevo a aventurarle que aún saneando la "casa blanca", si el equipo no gana lo pasará mal, muy mal. Y es que el fútbol es un negocio complicado y a veces es mejor a la larga tener una flor (o un jardín) en el trasero.

En Deportes

    0
    comentarios