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El anuncio de acuerdo entre Lluis Bassat y Pep Guardiola para que éste último sea el director general deportivo de la candidatura del publicista ha puesto muy nerviosos al resto de aspirantes al título. Y no resulta extraño porque Pep representa para muchos culés la esencia del barcelonismo, ese "algo más que un club" que Bassat, después de muchos años de vulgaridad, piensa recuperar para el club azulgrana. Joan Gaspart, el peor presidente de la historia del Barcelona, maltrató a Guardiola en su adiós, y es justo ahora que el hombre que va a sucederle en el cargo (a Reyna sigo sin contarle) le otorgue a Pep la relevancia que mereció como deportista y que, además de todo ello, le conceden muchos aficionados del Barcelona.

Bassat sigue dando en el clavo y mientras sus oponentes continúan empezando el nuevo Fútbol Club Barcelona por el tejado de Casillas, Beckham o Van Nistelrooy, éste pretende asentarlo en la sapiencia de Guardiola. ¿Que Pep no tiene experiencia?... Gaspart la tenía absolutamente toda tras más de veinte años como vicepresidente del club, y sus tres años como presidente han dejado al Barcelona en una situación de debilidad económica y deportiva tales que cuesta realmente creer que alguien pueda ponerlo de nuevo en pie. Las elecciones se han convertido ya en un bazar en el que todo el mundo anuncia contrataciones sorprendentes. ¿Hay alguien que pueda creerse que el delantero centro titular del equipo más rico del mundo va a fichar por el Barcelona para jugar la Intertoto en vez de la Champions League? Es un cuento chino, como la historieta de Casillas.

Ya han empezado a surgir en la prensa los nombres de aquellos que Guardiola pretende que le blinden en su nueva tarea en el club. Pichi Alonso o Eusebio son tan sólo algunos de ellos. Así Bassat se identifica con el modelo de gestión que impulsó Florentino Pérez en el Real Madrid. Es inteligente hacerlo así puesto que Guardiola –un futbolista surgido de la cantera azulgrana– deberá apostar por trabajar con los chavales sin menoscabo de poder fichar a alguna estrella de nivel mundial. No me cabe la menor duda de que la nueva etapa que encabezará Lluis Bassat será ilusionante. Empezará así el nuevo Barcelona del siglo XXI. Sólo tengo una pequeña duda y es la siguiente: si las cosas van mal (o lentas) ¿el futuro presidente seguirá confiando en la labor de Guardiola?... Yo creo que sí porque no es tonto. Bassat ya tiene una idea de club, mientras que Llauradó dice que tiene atado a Iker Casillas. Esa es la notable diferencia.

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