Menú
Julia Escobar

La dimensión internacional de Juan Pablo Fusi

Como dijo la ministra de Educación, Pilar del Castillo, en su discurso, se trata claramente de un premio a la excelencia académica de Juan Pablo Fusi y a su dimensión internacional como discípulo de Raymond Carr y doctor por Oxford, opinión en la que coincidieron tanto Fernando García de Cortázar, que hizo la laudatio del premiado, como Thomas Opperman, presidente del jurado internacional del Premio quien, además, destacó lo importantes que fueron para su decisión los estudios de Fusi sobre el nacionalismo vasco, pues mostraban el interés “transnacional” de su obra.

Fusi, en su discurso de aceptación, tuvo ocasión de explicar unas cuantas cosas a este respecto. Empezó pasando revista a las conmociones que experimentó Europa durante la segunda mitad del siglo XX, y concretamente España, en su camino hacia la democracia y hacia su integración en una Europa donde “los totalitarismos, identidades etnicistas y nacionalismos agresivos aparecían, así, como incompatibles con el espíritu mismo de la nueva Europa en construcción”.

Fusi aludió a la violencia terrorista que, entre 1959, año en que nació ETA, y el año 2000, “ha causado el asesinato de unas 800 personas, miles de heridos y centenares de millones de pesetas de pérdidas”. Pero esto no es todo, “Ver en la aparición de ETA una manifestación más de un larguísimo conflicto entre Madrid y las provincias vascas (que se remontaría a las guerras carlistas del siglo XIX y a la abolición de los Fueros vascos en 1839 y 1876) es un formidable error”.

El historiador siguió haciendo una brillante exposición sobre la prosperidad de la sociedad vasca a partir de 1890 en el seno del Estado español y la doble dimensión que empezó a tener la “cuestión nacional vasca”: conflicto entre Madrid y nacionalismo vasco, por un lado y división de la sociedad vasca como reacción de una parte de la misma a dicha prosperidad, por otro. La aparición de ETA “supuso un giro, una ruptura, en la evolución del problema vasco (no su prolongación), desde el soberanismo étnico y cultural más o menos explícito del nacionalismo moderado a las tesis e ideas marxistizantes, revolucionarias y violentas de la liberación nacional”.

Para terminar, recordó que “la violencia de ETA no fue (ni es) sólo una respuesta a determinadas circunstancias históricas y políticas (la dictadura de Franco) ni la consecuencia última de un conflicto antiquísino y no resuelto. El terrorismo de ETA fue (y es) ante todo el resultado de una determinada concepción estratégica hacia la independencia y hacia la hipotética conquista del poder vasco, resultado, por tanto, de las decisiones de sus dirigentes y militantes”.

Estas y otras opiniones vertidas por el profesor Fusi en su conferencia son la prueba de la importancia de este galardón para que esa misma Europa que le premia se entere de una vez por todas de en qué consiste la dimensión “transnacional” del nacionalismo vasco.

En Opinión