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Julio Cirino

Piquetes y piqueteros

Los grupos denominados "piqueteros" le están echando un pulso al gobierno esta semana. La administración procurará minimizar su representatividad (para lo que cuenta con que el corte de carreteras es un recurso con muchos detractores, particularmente entre las clases medias), al tiempo que procura que la justicia aplique el código penal al pie de la letra, emitiendo órdenes de captura contra sus dirigentes por violación del mismo. El ministerio de Trabajo anunció un "control" masivo para garantizar que nadie fuera forzado a participar en los piquetes contra su voluntad. Loable determinación, muy difícil de llevar a la práctica. Una de las tres centrales de trabajadores, que decretó un nuevo paro para este miércoles, y la Confederación de maestros se comprometieron a sumarse a los piqueteros.

¿Quiénes son y qué quieren los piqueteros? Si bien los cortes de carreteras se convocan desde hace ya casi cuatro años, sólo durante los últimos meses el fenómeno se convirtió en "mediático" y sus líderes informales pasean ahora por todos los shows de la televisión argentina. La raíz de los piqueteros está en el movimiento de parados que, justamente por serlo, quedaban fuera de la representación sindical tradicional. De este modo proliferaron las organizaciones de autoayuda y entre los desocupados se dieron formas incipientes de organización que, a medida que los índices de paro iban aumentando, se vieron en la necesidad de admitir a más y más gente.

Su base es inicialmente barrial y se nutre de los moradores de asentamientos precarios, conocidos en Argentina como "villas miseria". Este fenómeno de la aparición de los “villeros” en la escena nacional se ha proyectado en un curioso fenómeno sociomusical. Se trata de la música de las villas o "cumbia villera", canciones con un acompañamiento rítmico elemental, que han llegado no solamente a la televisión, sino a la industria discográfica.

La otra faceta digna de destacar es que mientras que en las movilizaciones sindicales tradicionales predomina, en forma casi excluyente el elemento masculino, en las acciones de los piqueteros se mezclan hombres, mujeres y niños casi por igual, con un importante componente de adolescentes y jóvenes (sin trabajo). Estos suelen ser los mas propensos a la violencia, amparándose en el número y el anonimato que generan los desplazamientos masivos de población.

Hasta el momento, la "organización" de los piqueteros, si es que se puede hablar de tal, es muy laxa, pero reconoce ciertos liderazgos mas o menos informales. Estos permiten, por el momento, evitar los estallidos individuales incontrolados que pueden concluir en innumerables miniconflictos, pero que pueden también contribuir a aumenta la violencia delictiva.

Los piqueteros tienen sin embargo un tope para esta forma de protesta y para su propio crecimiento: mucha gente no se identifica con ellos y además les teme. El problema ahora es saber si sectores de la clase media se plegarán a la protesta, lo que plantearía interrogantes sin respuesta para un Estado que no puede hacer frente a los compromisos elementales con su propia sociedad.

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