Luis Ignacio “Lula” da Silva, el candidato que encabeza las encuestas para las presidenciales de Octubre en Brasil, ha pasado las últimas tres semanas tratando de explicar el mundo de la banca y las finanzas que la suya no sería una administración “rupturista”, sino que, por el contrario, se proponía trabajar con los acreedores externos y particularmente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el pago de la deuda de su país, que asciende ahora a unos 300.000 millones de dólares. Sin embargo, el “factor Lula”, como se le denomina, siguió empujando hacia abajo la cotización del real, mientras Moody´s volvía a bajar la calificación de la deuda en la semana que concluyó.
Hasta hace pocas horas el panorama electoral parecía bastante simple; las encuestas coincidían en dar al candidato “oficialista”José Serraun 16% aproximadamente de la intención de voto, contra un 39% de Lula. Parecía pues “cosa hecha” y lo que quedaba por discutirse era si Lula alcanzaba el 50% de los votos en primera vuelta o si por el contrario era necesaria una segunda entre los dos candidatos más votados (a realizarse el 27 de Octubre venidero). El panorama cambió de pronto con la entrada en la ecuación de un candidato hasta cierto punto inesperado:Ciro Gomes, cabeza del Frente Socialista de los Trabajadores. La irrupción se concretó entre el pasado 16 y 17 de Julio cuando se conocieron sendas encuestas de opinión de Ibope y Vox Populi. Ambas colocaban a Ciro Gomes en segundo lugar, mientras el candidato del gobierno continúa en un paulatino descenso. Así, Ibope estimaba que Gomes habría pasado del 18 al 22 %, perdiendo un punto Lula (del 34 al 33%) y José Serra pasando del 17 al 15%. Vox Populi, por su parte, daba un 24% para Ciro Gomes, 35% para Lula y 16% para Serra.
Lo más interesante del caso es que el posicionamiento de Ciro Gomes puede transformar a “Lula” en un candidato de “centro izquierda” con lo que sus posibilidades de obtener el voto masivo de la izquierda más nítida, se transfieren de candidato convirtiendo a Gomes en una opción válida de ser analizada. Gomes fue gobernador del Estado de Ceará y ministro de Finanzas en 1994. Su partido, el Frente Socialista Popular es uno de los tres que integra el Frente Socialista de los Trabajadores, con lo que su crecimiento no va sino a aumentar los temores de los potenciales inversores y más aún de los tenedores de bonos de la deuda externa de Brasil.
Por otro lado, su plataforma, si bien hasta el momento está expresada en términos muy vagos y generales, no parece centrarse para nada en las medidas de austeridad y de control de la inflación (como la de José Serra). Se basa más bien en la formulación de políticas “populistas” que atraigan la imaginación del voto medio, desencantado de la gestión de Fernando Henrique Cardozo (actual presidente) y por ello poco propenso a votar por su candidato.
Lula enfrenta una delicada encrucijada, en las próximas horas deberá resolver si gira su discurso “hacia la izquierda”, radicaliza su postura respecto de la deuda y la relación con el FMI y los Estados Unidos para disputarle a Ciro Gomes un caudal electoral que Lula ya consideraba propio. O bien apuesta a que el crecimiento de Gomes “por la izquierda” tiene ya su techo y por el contrario conviene acentuar un discurso moderado de “centro-izquierda” para evitar más sobresaltos en la ya vapuleada economía brasileña procurando con ello ganarse el electorado de centro y centro-izquierda que podía acompañar a José Serra. De lo que quedan muy pocas dudas es que muchos inversores seguirán “saltando a los botes” en las próximas semanas y los que aún no invirtieron en los “países emergentes” se cuidarán muy bien en sus decisiones hasta que el panorama se aclare, lo que parece cada vez más dudoso en toda la región...
Hasta hace pocas horas el panorama electoral parecía bastante simple; las encuestas coincidían en dar al candidato “oficialista”José Serraun 16% aproximadamente de la intención de voto, contra un 39% de Lula. Parecía pues “cosa hecha” y lo que quedaba por discutirse era si Lula alcanzaba el 50% de los votos en primera vuelta o si por el contrario era necesaria una segunda entre los dos candidatos más votados (a realizarse el 27 de Octubre venidero). El panorama cambió de pronto con la entrada en la ecuación de un candidato hasta cierto punto inesperado:Ciro Gomes, cabeza del Frente Socialista de los Trabajadores. La irrupción se concretó entre el pasado 16 y 17 de Julio cuando se conocieron sendas encuestas de opinión de Ibope y Vox Populi. Ambas colocaban a Ciro Gomes en segundo lugar, mientras el candidato del gobierno continúa en un paulatino descenso. Así, Ibope estimaba que Gomes habría pasado del 18 al 22 %, perdiendo un punto Lula (del 34 al 33%) y José Serra pasando del 17 al 15%. Vox Populi, por su parte, daba un 24% para Ciro Gomes, 35% para Lula y 16% para Serra.
Lo más interesante del caso es que el posicionamiento de Ciro Gomes puede transformar a “Lula” en un candidato de “centro izquierda” con lo que sus posibilidades de obtener el voto masivo de la izquierda más nítida, se transfieren de candidato convirtiendo a Gomes en una opción válida de ser analizada. Gomes fue gobernador del Estado de Ceará y ministro de Finanzas en 1994. Su partido, el Frente Socialista Popular es uno de los tres que integra el Frente Socialista de los Trabajadores, con lo que su crecimiento no va sino a aumentar los temores de los potenciales inversores y más aún de los tenedores de bonos de la deuda externa de Brasil.
Por otro lado, su plataforma, si bien hasta el momento está expresada en términos muy vagos y generales, no parece centrarse para nada en las medidas de austeridad y de control de la inflación (como la de José Serra). Se basa más bien en la formulación de políticas “populistas” que atraigan la imaginación del voto medio, desencantado de la gestión de Fernando Henrique Cardozo (actual presidente) y por ello poco propenso a votar por su candidato.
Lula enfrenta una delicada encrucijada, en las próximas horas deberá resolver si gira su discurso “hacia la izquierda”, radicaliza su postura respecto de la deuda y la relación con el FMI y los Estados Unidos para disputarle a Ciro Gomes un caudal electoral que Lula ya consideraba propio. O bien apuesta a que el crecimiento de Gomes “por la izquierda” tiene ya su techo y por el contrario conviene acentuar un discurso moderado de “centro-izquierda” para evitar más sobresaltos en la ya vapuleada economía brasileña procurando con ello ganarse el electorado de centro y centro-izquierda que podía acompañar a José Serra. De lo que quedan muy pocas dudas es que muchos inversores seguirán “saltando a los botes” en las próximas semanas y los que aún no invirtieron en los “países emergentes” se cuidarán muy bien en sus decisiones hasta que el panorama se aclare, lo que parece cada vez más dudoso en toda la región...