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Julio Pomés

Lealtad al PSOEbre

Los mediocres, esos que no han hecho profesionalmente nada relevante antes de dedicarse a la política, son los que no pueden irse, porque comen del PSOEbre un pasto mucho más abundante y sabroso que el que conseguirían en la actividad privada.

Ya no sabe Zapatero qué hacer para tener credibilidad. Si hace unos días montó un besamanos oficialista para los 248 miembros del Comité Federal del PSOE, ahora ha pretendido ganar reputación con un periplo por el extranjero. ZP no es consciente de que quien no es capaz de arreglar los problemas de su propia nación, hace el ridículo cuando pontifica sobre las soluciones que requieren las dificultades de otros países. Sus grandes frases en la ONU y en Oriente Próximo conseguirán desviar algo la atención mediática de la crisis que padecemos, pero a su regreso la situación estará peor al haber sido ésta desatendida. Buena prueba de ello es la foto del Congreso vacío en los días en que Zapatero ha estado ausente.

A medida que Zapatero esté más cuestionado, también aumentarán las adhesiones a su persona de los mediocres y las deserciones de los mejores. ZP no se quedará sólo porque la cantera de interesados a ostentar un carguito es infinita, pero la media del prestigio de los beneficiados será cada vez más pobre.

Los mejores profesionales suelen ser los primeros que se van de un puesto político cuando están descontentos, porque su valía personal les permite alcanzar un buen empleo en la actividad privada. Jordi Sevilla y Pedro Solbes son los dos últimos ejemplos. El primero pertenece al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado; nada más dejar el Congreso ha sido fichado por una importante consultora. El segundo tiene el singular mérito de haber intentado servir al país, a pesar de no ser respetado por ZP. Su salida parece que tiene mucho que ver con su desacuerdo con los nuevos presupuestos. Las dimisiones de Sevilla y Solbes les honran; ambos han preferido abandonar la poltrona cuando han visto que sus esfuerzos para reconducir la economía se estrellaban con criterios políticos.

Los mediocres, esos que no han hecho profesionalmente nada relevante antes de dedicarse a la política, son los que no pueden irse, porque comen del PSOEbre un pasto mucho más abundante y sabroso que el que conseguirían en la actividad privada. Merece la pena preguntarse cuántos miembros del Comité Federal del PSOE están ahí por méritos propios y cuantos por ser simples palmeros.

Tiene toda la razón Juan Ramón Quintás, presidente de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros, cuando afirma: "Si no hay un gran pacto para enfrentarse a la crisis, la solución pasaría por convocar unas elecciones generales que confiriesen al Gobierno toda la capacidad de actuación ante la crisis". Son tantas las críticas a Zapatero que éste debiera pensar unas elecciones anticipadas. Es mejor irse ahora que dentro de dos años en que su situación será mucho peor. España necesita un gobierno fuerte, con recorrido para afrontar las austeras medidas que exige la crisis.

Zapatero debiera reconocer su incapacidad para encauzar la crisis y hacer por España el sacrificio de irse. La realidad siempre se acaba imponiendo y no tomar medidas a tiempo hará más dura la cirugía. Nuestra nación no puede ser gobernada por un presidente populista, que ha comprado a los sindicatos, y que tan sólo ve y escucha a sus aduladores. Sr. Zapatero: ¡Usted es el problema, no la solución!

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