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Gracias a la Asociación Salvar el Archivo de Salamanca

El martes pasado tuve el placer y el honor de recoger uno de los premios que la Asociación Salvar el Archivo de Salamanca ha otorgado este año a diversas personas e instituciones. Aclaro que se trata de un premio simbólico, sin dotación económica: la asociación creada para salvar el archivo no nada precisamente en la abundancia, y los recursos que tiene los dedica a librar en los tribunales los combates que nuestro gobierno no libra.

El salmantino Teatro del Liceo se llenó para asistir a la gala de entrega de los premios. Y esto es algo que ya debería bastar para llenar de orgullo a la asociación organizadora y a su presidente, Policarpo Sánchez de la Iglesia.

Realmente impresiona ver cómo un escaso puñado de personas, al frente de las cuales está Policarpo, ha conseguido tantas cosas luchando contra los elementos. Para empezar, ha conseguido aunar a casi todos los salmantinos, independientemente de su color político, en la petición de que se devuelvan los fondos robados al Archivo de la Guerra Civil. Pero es que también ha conseguido aunar a todos los partidos políticos de Castilla-León, que votaron unánimemente una moción en las cortes regionales para solicitar la devolución de lo ilegalmente sacado de Salamanca.

Por si fuera poco, la asociación ha planteado batalla judicial y ha logrado que se devuelvan los primeros documentos que nunca debieron salir de Salamanca. Se trata de una pequeña parte de lo que fraudulentamente se entregó a los separatistas catalanes, pero la importancia simbólica de esa primera devolución es enorme.

Para entender qué está pasando, hay que recordar que el gobierno de Zapatero aprobó una ley que rompía la unidad del archivo y entregaba al gobierno separatista catalán aquellos documentos que procedieran de esa región española. Pero es que, además, a la hora de aplicar esa ley, se aplicó fraudulentamente y se entregaron al gobierno catalán cantidades ingentes de documentos que no tenían nada que ver con Cataluña, ni nunca habían guardado la menor relación con ella.

El gobierno de Mariano Rajoy no solo no quiso derogar la ley que permitió romper la unidad del archivo, sino que entregó una nueva remesa de documentos al gobierno catalán y ni siquiera se molestó en mover un dedo para obligar a la Generalidad a devolver aquellos otros documentos que habían salido de Salamanca ilegalmente. Como de costumbre, Rajoy está para todo, menos para defender a los españoles.

Así que tuvo que ser la sociedad civil (en este caso, la asociación Salvar el Archivo de Salamanca) la que sentara al gobierno catalán ante la Justicia. Y la Justicia, como no podía ser menos, está dando la razón a esa asociación, dada la flagrante ilegalidad de una parte del expolio.

Les animo a todos Vds a que entren en la página web de la asociación, www.salvararchivosalamanca.es, y a que hagan tres cosas:

- informarse de lo conseguido hasta ahora;

- difundir en las redes la existencia y actividades de la asociación

- y, aquellos que buenamente puedan, colaborar económicamente con la asociación, para que pueda seguir librando la batalla jurídica contra el expolio sufrido por el patrimonio documental de todos los españoles.

Muchas gracias a los miembros de la asociación y en especial a su presidente, Policarpo Sánchez, por el premio que me han concedido este año. Aunque en realidad quienes debieran ser premiados son ellos.

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