Menú

Principales mitos del buen islamófobo (II): Que se vayan a su tierra

Mito 1: En los países musulmanes no hay iglesias

Mito 2: Que se vayan a su tierra

Tal cual: "que se vayan a su tierra". Esa es una de las barbaridades que ningún buen islamófobo puede dejar de soltar. Algunos, algo más comedidos, la preceden de un condicional: "Si no respetan nuestras costumbres, que se vayan a su tierra". O bien: "Si no se integran, que se vayan a su tierra".

Cuando alguien me suelta eso por las redes sociales, inmediatamente le pregunto: "¿Y a qué tierra sugiere usted que enviemos a los musulmanes que son españoles? Porque da la casualidad de que su tierra es España".

Por regla general, la conversación acaba ahí, porque la mayoría de las personas se dan cuenta con esa pregunta de hasta qué punto es una tontería lo de "que se vayan a su tierra".

Pero no siempre: me he topado algún islamófobo especialmente cerril que me llegaba a contestar: "Pues que se vayan a la tierra de sus padres o de sus abuelos". A lo cual, por supuesto, yo le contestaba: "¿Y a qué país sugiere usted que expulsemos a los españoles de pura cepa que se atrevan a convertirse al Islam?".

Lo de "que se vayan a su tierra" es una barbaridad en sí mismo, que nos retrotrae a la época de las expulsiones religiosas. Demasiado recientes tenemos las operaciones de limpieza étnica por motivos religiosos en la antigua Yugoslavia, como para andar jugando con ese tipo de mensajes. Quien efectúa ese tipo de propuesta seguramente ignora que la expulsión selectiva de inmigrantes por motivo de religión no solo contraviene la Constitución Española, sino la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos. Resulta irónico que los mismos que justifican su odio al Islam en su supuesto no respeto a los DD.HH., propongan medidas que, si alguien las implementara, podrían llevar a los responsables a sentarse ante la Corte Penal Internacional.

Pero, además de ser una barbaridad, es una barbaridad que carece de sentido, por cuanto en Europa hay millones de musulmanes nacidos en nuestro continente, que son tan ciudadanos europeos como cualquier no musulmán y a quienes no se puede "expulsar a su tierra", porque da la casualidad de que YA están en ella.

En el siguiente artículo analizaremos la parte condicional que algunos islamófobos suelen anteponer a sus decretos de expulsión: "Si no respetan nuestras costumbres o no se integran, entonces...". Porque ese condicional encierra también otra falacia, de carácter profundamente antidemocrático.

Herramientas

0
comentarios