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Lucas Soler

La nueva Nuria Roca & Roll

En ocasiones, la televisión se ve obligada a modificar la sedimentada imagen de sus celebridades para poder ajustarlas a nuevos programas. Esta operación puede consistir en demostrar que un tertuliano de mal vivir es en realidad un voluntario de Caritas o que un actor de conducta intachable tiene también su lado crápula. Desde hace un par de meses, por ejemplo, Tele 5 se ha empeñado en lavar la imagen rufianesca de Coto Matamoros y sustituirla por la del ogro bueno.

A través de las entrevistas que ha concedido Matamoros en el programa de Fuentes y del propio Sardá, donde interviene como pistolero, nos hemos dado cuenta de que sus insultos y agresiones verbales no son más que el reflejo de un corazón tierno y justiciero. El proceso inverso ha sido aplicado por la misma cadena para percudir un poco el rostro del beatífico Emilio Aragón y la simpática Nuria Roca, pareja probable en la recién estrenada "Javier, ya no vive solo". Ambos han comparecido en el programa de Fuentes (un auténtico laboratorio de cambios de personalidad)para enseñarnos sus defectos y debilidades. Como Emilio Aragón me sigue pareciendo un santo varón por mucho que fume, beba cerveza, diga tacos y no se afeite ni se peine, prefiero centrarme en la metamorfosis de Nuria Roca.

Desde sus inicios en 1993 en el canal autonómico valenciano, Nuria Roca siempre ha ejercido de presentadora sonriente y afable a la que se le nota una esmerada educación de pago y unos modales propios de señorita de clase acomodada. Influida tal vez por el significado de su apellido, la joven estudió arquitectura técnica, pero nunca llegó a alinear ladrillos y prefirió cimentarse un porvenir entre los decorados de cartón piedra de la televisión. Curiosamente, la presentadora empezó a destacar en Canal Nou como conductora de "Fem Tele", un ameno programa de basura televisiva que imitaba la fórmula de "Malats de Tele" de TV3. En aquel programa de reciclaje de detritos televisivos, tuvo la habilidad de comportarse con elegante asepsia, como si fuese un ingeniero de bata blanca que controla desde su despacho el funcionamiento del vertedero.

Su buena imagen se reforzó al dar el salto a Televisión Española y presentar "Waku Waku", un inteligente concurso de intención ecológica en el que Chicho Ibáñez Serrador demostró que el entretenimiento no está reñido con el afán formativo. Tras abandonar la fauna salvaje y conducir sin mayor gloria los desapercibidos "¿Cuánto Cuesta?" y "La casa de los sueños", Nuria asumió el reto de arrebatarle audiencia a Ana Rosa Quintana con el programa vespertino "Buenas tardes", que dirigía en la sombra la omnipresente María Teresa Campos, pero no consiguió los resultados previstos, tal vez porque no tenía vocación de domadora de fieras y famosillos. La decepción le duró poco, pues fue recolocada en programa estival "Nada personal", un programa de humor y actualidad del cotilleo que sustituyó al "Informal" durante su descanso veraniego. Pese a los chistes y los chismes, consiguió mantener su perfil arcangélico al delegar el peso de las sátiras y las parodias en sus compañeras Maribel Casany y Llum Barrera.

Al finalizar el programa, Emilio Aragón pensó que Nuria Roca podría ser la persona más indicada para mantener un idilio en su nueva serie, pese a que la presentadora tenía poca experiencia como actriz. Durante la promoción de la telecomedia con la que Aragón pretende cambiar de registro dramático, la presentadora valenciana fue entrevistada en "La noche de Fuentes...y compañía" y nos ofreció una imagen inesperada. Nuria se presentó casi como la hija de unos progres barbudos del mayo francés, que estudió en un colegio laico de ideas avanzadas y vivió la adolescencia sin traumas religiosos ni prejuicios burgueses, disfrutando de su sexualidad con la misma alegría y precocidad que una hippie californiana de los años sesenta. Nos contó cómo conoció a su compañero sentimental y el irrelevante trance de ser pillada con el pecho al aire por los fotógrafos de la revista Interviú. Una mujer liberada no se acalora por semejante percance. Sin duda, nos sorprendió a todos.

Sólo falta comprobar si en "Javier, ya no vive solo" su personaje se cambia de bragas, le pega al canuto y abusa de la litrona. Un difícil reto interpretativo para una mujer tan ponderada y con tanto decoro. Un reto casi imposible para una futura madre que acaba de anunciar su embarazo nada más empezar la serie, como ya le sucedió a Ana Duato en "Médico de familia". ¿Qué poder fertilizante tendrá la mirada de Emilio Aragón que preña a las compañeras de reparto con las que mantiene idilio de ficción?

Este artículo se publica en la Revista del fin de semana de Libertad Digital. Si quiere leer más, pulse AQUÍ

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