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Luis Hernández Arroyo

Reacciones de los Hunos y los Hotros

Primero, les enseñamos a los españoles a creer en una sociedad solidaria, es decir, estatalizada. Luego, les enseñamos que el mercado es una cosa, en fin, que en ciertos casos, sin abusar, es bueno por los resultados que obtiene.

Yo creo que sobre las verdaderas intenciones de la OPA apoyada por el gobierno (Gas Natural vs. Endesa), se le quita la última duda a cualquiera leyendo el editorial del portavoz oficial: "Ni los organismos reguladores han sido capaces de imponerse a ese concierto de ruido y furia que ha politizado una operación empresarial. La rectificación todavía es posible, aunque difícil". Está aquí meridianamente claro que desde el principio esto era una operación política de un calado inconmensurable, estrechamente ligada al Estatuto, del que ya sabemos, los que tiene ojos y ven, que su intención final es el dominio de Cataluña sobre España.

Sin embargo, la gente no despierta: no despiertan ni –como decía Unamuno–, los Hunos ni los Hotros. Los Hunos siguen leyendo la papilla doctrinal que, masivamente, les meten todos los días por las ondas y en papel. Y los Hotros, sinceramente, me están defraudando. Nunca he oído tan unánimes alabanzas al mercado. ¡Oh, el mercado! ¿Pero es el mercado un fin en sí mismo?

Ese es uno de nuestros más graves problemas: Primero, les enseñamos a los españoles a creer en una sociedad solidaria, es decir, estatalizada. Luego, les enseñamos que el mercado es una cosa, en fin, que en ciertos casos, sin abusar, es bueno por los resultados que obtiene. Finalmente, los Hotros, los que deberían defender simplemente la libertad, sólo saben hablar del mercado.

El mercado es el resultado de una evolución de cierta parte de la humanidad –digamos occidente– hacia la libertad. El mercado es una resultante de la defensa de la libertad por la ley. El objetivo real de un liberal debe ser, como decía Hayek, la libertad, pero no porque sea más eficiente económicamente, sino porque es una necesidad ineludible de la naturaleza humana. ¿Acaso defendió Locke la libertad porque era más provechosa?

No es casual que el único país donde realmente existen mercados, donde realmente aparecieron por primera vez innovaciones como los mercados de futuros del trigo, Estados Unidos, fuera un país fundado en una fe inquebrantable en la libertad personal. Desde 1620, los peregrinos del Mayflower hicieron un pacto comprometiéndose a fundar una sociedad liberal. De la evolución de esa sociedad de respeto a la libertad como último fundamento creció el mercado.

Nosotros nos deslizamos sin querer, siempre, hacia el utilitarismo. De ello se deriva, inevitablemente, una visión nada exaltante del mercado, como una cosa que hay que sufrir, pero del cual sospechamos que beneficia a unos pocos.

Así que, a tanto gurú de las páginas salmón que ahora pontifican sobre la contra-OPA de E.On sacralizando al mercado como al gran dios Creso, por favor, que lean un poco y dejen de engañar a sus lectores. Aunque sea desde una minoría minoritaria, defendamos la libertad protegida por la Ley, que lo demás "se os dará por añadidura".

En Libre Mercado

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