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Luis Herrero

Mutis con dinamita

¿Y si Sánchez se libra de la negociación bilateral con el gobierno catalán? Puigdemont ansía reventar el trabajo de Junqueras y ahora tiene la oportunidad.

¿Y si Sánchez se libra de la negociación bilateral con el gobierno catalán? Puigdemont ansía reventar el trabajo de Junqueras y ahora tiene la oportunidad.
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont en una imagen de archivo. | EFE

¿Y si a Sánchez le salvara la campana y la flor que tiene en el culo le permitiera sortear el calvario de la negociación bilateral de Gobierno a Govern que comprometió con ERC a cambio de la investidura? En el firmamento la la política catalana empieza a vislumbrarse una conjunción astral que puede hacerlo posible. Puigdemont está empeñado en reventar el trabajo de Junqueras en pro de la mesa de diálogo y la aprobación de los primeros presupuestos autonómicos en tres años y ahora tiene la ocasión de conseguirlo. Puede hacerlo de dos formas: o consiguiendo que el Parlament desoiga el requerimiento de la Junta Electoral, avalado por el Tribunal Supremo, de desposeer a Torra de su acta de diputado, o propiciando de una vez por todas el adelanto electoral. Los dos caminos llevan al mismo sitio.

El secretario general del Parlament debe remitir en las próximas horas a la Junta Provincial de Barcelona la credencial del sustituto de Torra en el escaño. Si no lo hace, todas las decisiones que adopte la Cámara catalana a partir de ahora —incluida la tramitación presupuestaria— acabarán siendo invalidadas y, a más a más, los miembros de la Mesa que secunden la desobediencia sumarán sus nombres a una nueva querella. Conclusión: Torrent terminará inhabilitado y Aragonés convertirá en melancólico su esfuerzo negociador con los comunes para sacar adelante los presupuestos. ¿Estará dispuesta ERC a pagar tan alto precio por salvar la condición parlamentaria de Torra? El problema es que, si no lo hace, permitirá que Puigdemont esgrima en solitario la bandera de la defensa de las instituciones catalanas y el horizonte electoral de Junqueras se tornará más sombrío. ¿De verdad estaría dispuesto a negociar con el Estado represor que ha desposeído al Molt Honorable del acta de diputado que le otorgaron las urnas?

El otro camino para aguarle la fiesta a ERC es disolver el Parlament. Antes de que Torra pierda su escaño, mejor que lo pierdan todos. El fantasma de la convocatoria electoral inmediata ha vuelto a pasearse de nuevo durante este fin de semana por las galerías de la política catalana. Hay quien piensa, de hecho, que el acto de Puigdemont en Perpiñán, previsto para el miércoles que viene, será el primer acto de campaña. La disolución, en caso de producirse, frustraría la aprobación de los Presupuestos y mandaría la mesa de diálogo al limbo del escenario post electoral. ¿Se atreverá JxCat a dar ese paso? El debate interno, según mis espías paraguayos, es muy intenso. Por una parte no están dispuestos a permitir bajo ningún concepto que Torra deje de ser diputado, pero por otra necesitan tiempo para vestir su apuesta ante el electorado.

Por eso no es descartable que las fuerzas independentistas se pongan de acuerdo este lunes, en la Mesa del Parlament, para alumbrar una solución dilatoria. En el orden del día del pleno sólo hay un punto que requiere votación, los Presupuestos de la Cámara. Una simple retirada de la iniciativa retrasaría unos días la crisis y les daría el tiempo que necesitan para ver cómo salen del paso. El principal problema es que, mientras tanto, el calendario de acontecimientos previstos juega en su contra. Esta semana están citados en el Tribunal de Cuentas todos los miembros del Govern y los altos cargos —Josep María Jové incluido— que planificaron el referéndum ilegal del 1 de octubre. Se les reclaman entre 3 y 4 millones de fianza.

Sobre casi todos ellos pesan, además, imputaciones por delitos de malversación, desobediencia, falsedad documental, revelación de secretos y prevaricación. Su horizonte penal es horrendo. Solo por la malversación podrían caerles ocho años de carcel. ¿De qué les sirve a ellos la rebaja en las penas de sedición que ha puesto Sánchez encima de la mesa como gesto de buena voluntad para allanar el camino del pretendido diálogo? Es seguro que, estas circunstancias, Torra acudirá a la entrevista con Sánchez dispuesto a hacer un mutis grandioso. Su inhabilitación definitiva es cosa de pocos meses. ¿Qué mejor despedida que dinamitar la mesa de diálogo que ERC negoció con el PSOE en contra de su voluntad?

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