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M. Malkin

La última del New York Times

Cuando el terror ataca, no hay que creerse una sola palabra que los sabelotodo del Times publiquen. Son hipócritas que nos ponen en peligro a todos.

El New York Times (que desde el 11 de septiembre publica con orgullo todos los secretos que no se deben difundir) y sus fuentes anónimas sin escrúpulos (salid, salid, cobardes) ayudaron a los terroristas frente a los esfuerzos de Estados Unidos por rastrear sus actividades financieras. ¿Sabe qué? No es la primera vez que periodistas bocazas han puesto en peligro investigaciones de la financiación terrorista desde el 11 de Septiembre, según el gobierno.

Le recuerdo el caso del "Traición Times", la Holy Land Foundationy la Global Relief Foundation. Como informaba el New York Post el pasado septiembre, el Departamento de Justicia difundió la acusación de que "un veterano corresponsal en el extranjero del New York Times avisó a una organización islámica de caridad que supuestamente financiaba el terrorismo que el FBI estaba a punto de registrar sus oficinas, poniendo potencialmente en peligro las vidas de agentes federales". El periodista del Times Philip Shenon fue acusado el 14 de diciembre del 2001 de dar al traste con el registro de la Global Relief Foundation.

"Se ha establecido de manera concluyente que la Global Relief Foundation supo del registro a través del periodista Philip Shenon, del New York Times", escribía el fiscal norteamericano Patrick Fitzgerald en una carta del 7 de agosto del 2002 al departamento legal del Times.

El chivatazo telefónico de Shenon a la organización musulmana de caridad (que tenía lugar el día antes del registro de las oficinas de la fundación por parte del FBI), según dijo Fitzgerald, "compromete seriamente la integridad de la investigación y pone potencialmente en peligro la seguridad del personal federal de las fuerzas del orden". La Global Relief Foundation no era alguna organización benéfica de caridad que enviase zapatos y muñecas Barbie musulmanas a los niños pobres de ultramar. En octubre del 2002 era designada organización financiadora del terrorismo por el Departamento de Hacienda, que informó que la fundación "tiene vínculos y ha proporcionado apoyo y asistencia a Osama Bin Laden, la red Al Qaeda y otros grupos terroristas conocidos".

La organización musulmana de caridad "ha recibido financiación de particulares vinculados a Al Qaeda. El personal de la fundación ha tenido contactos exhaustivos con socios próximos a Osama Bin Laden, que ha sido condenado en un tribunal americano por su papel en los atentados de 1998 contra las embajadas norteamericanas de Kenia y Tanzania". Además, decía el Departamento de Hacienda que "miembros de la fundación han tratado con funcionarios talibanes mientras el gobierno talibán era objeto de sanciones internacionales".

La entonces colega de Shenon, Judith Miller, había realizado una llamada similar a otra organización musulmana fachada de financiación terrorista, la Holy Land Foundation, unas cuantas semanas antes de la llamada de Shenon a la Global Relief Foundation. Presuntamente solicitaba "algún comentario" acerca de la inminente congelación de sus activos. Según afirmaba Fitzgerald ante el tribunal, Miller les avisó presuntamente también a ellos de que "la acción del gobierno es inminente". El FBI registraba las oficinas de la Holy Land Foundation un día después de la publicación en el Times del artículo de Miller.

Los periodistas del Times –sorpresa, sorpresa– rechazan cooperar con los investigadores que intentan identificar a los chivatos. El gobierno ha presentado una apelación a un veredicto que protege el registro telefónico de los periodistas. ¿De qué lado están? Las acciones hablan más claro que las palabras.

Mientras continúan saboteando las investigaciones de la financiación terrorista, debería recordarse a los bocazas del Times –como hacen los bloggers conservadores a los que Bill Keller desprecia tanto– su propio llamamiento editorial a favor de vigorosas medidas de contraterrorismo después del 11 de septiembre para detener la economía del terror.

La administración Bush está preparando leyes nuevas para ayudar a rastrear a los terroristas a través de las actividades de lavado de dinero y está preparando una orden ejecutiva para congelar los activos de terroristas conocidos. Se necesita mucho más, incluyendo regulaciones más estrictas, la formación de investigadores especializados, y mayor cooperación con las autoridades bancarias extranjeras. También debe haber una coordinación más próxima entre las agencias del orden, de seguridad nacional y de economía de Estados Unidos.

"¿Se necesita mucho más?". Cierto. Y cuando la administración Bush lo solucionó, elTimesla apuñaló a ella y a nosotros, por la espalda. La elección está clara. Cuando el terror ataca, no hay que creerse una sola palabra que los sabelotodo delTimespubliquen. Son hipócritas que nos ponen en peligro a todos.

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