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Maite Cunchillos

Rajoy ante la sucesión

Por ahora, Ángel Acebes no parece figurar en la terna de candidatos que cuentan con más posibilidades en la carrera sucesoria del presidente del Gobierno, José María Aznar. El ministro de Justicia no figura en esa lista pero, al parecer, su posición inquieta a alguno de los ministros presidenciables. Quienes asistieron a la inauguración de las jornadas sobre terrorismo que se están celebrando en Las Palmas de Gran Canaria pudieron observar algunos gestos del ministro Rajoy hacia Acebes que, como la punta de un iceberg, indican una cruda batalla que se debe de estar manteniendo en estos momentos entre los aspirantes al relevo del presidente.

Las jornadas que inauguraron los dos ministros las organizaba el Consejo General del Poder Judicial y, como el asunto a tratar era el del terrorismo, fueron invitados los dos Ministerios que tienen competencias en la materia: Interior y Justicia. El primero en confirmar su asistencia fue Acebes. Rajoy lo hizo a última hora, cuando ya se había comunicado la comparecencia de su colega de Gabinete. Para la inauguración formal del acto estaba previsto un discurso de Acebes, pero al final fue Rajoy quien intervino en primer lugar y dejando muy claro ante un público repleto de jueces y fiscales que él, como vicepresidente del Gobierno de la nación, tenía la autoridad para inaugurar los debates sobre terrorismo y para presentar la opinión del Ejecutivo. Mientras Rajoy hablaba, Acebes escuchaba atento con el gesto propio de quien está sufriendo un proceso de gastroenteritis pero no lo quiere mostrar ante tan respetable público.

Rajoy terminó su discurso recordando de nuevo que él era el vicepresidente primero del Gobierno –por si alguno de los que llegaron tarde no había escuchado sus palabras iniciales– y añadió un comentario sobre la prisión preventiva que no guardaba ninguna relación con lo que había expuesto durante los anteriores quince minutos. Rajoy “pisaba” de esta manera uno de los puntos que iba a abordar inmediatamente después su compañero de Gobierno; y es que Acebes pretendía informar de las novedades en la reforma de la prisión preventiva y quizá por eso Rajoy se le adelantó anunciando a todo el auditorio que “lo de la prisión preventiva era muy importante”. Acebes continuaba con el gesto apretado.

El acto finalizó y Rajoy fue el primero en comparecer ante los periodistas. En el descanso previo, los dos ministros apenas intercambiaron dos palabras. Rajoy abandonó el recinto de las jornadas fumándose un gran puro cubano. El público se había enterado de que él es el vicepresidente. Pero el público cualificado sabe también que Acebes es el que, mano a mano con Aznar, está poniendo en marcha una amplia reforma de leyes que, de un modo u otro, afectan directamente al Ministerio del Interior.

No todo está dicho sobre la sucesión de Aznar y este tipo de comportamientos inducen a pensar que los candidatos están atentos a los actos simbólicos que se esconden tras el poder. Tiene razón Jiménez de Parga cuando dice que los políticos sólo se mueven por un minuto de gloria. Pero esta vez, Rajoy, en su minuto de gloria, ha salido fumándose un puro, algo que reprocharía cualquier asesor de imagen. Y Aznar también ve la tele.

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