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Maite Cunchillos

Terroristas de Lepe

Rajoy y su ministerio han vendido con bombo y platillo esta supuesta operación contra el entorno de Ben Laden; ojalá (palabra que, por cierto, proviene del árabe: wa-sá' Allah, quiera Dios) estemos realmente ante una célula de terrorismo islámico radicada en nuestro país. Pero, mientras los detenidos no comparezcan en la Audiencia Nacional, esta operación policial y judicial se puede valorar de dos maneras: una gran casualidad o un gran oportunismo político.

La propia policía, y otras fuentes de la Audiencia Nacional, se apuntan a la segunda interpretación –oportunismo– y recelan de la trascendencia de estas detenciones. "Que la policía no haya esperado a una guardia de Garzón para realizar la operación, indica que no es tan gordo como lo ha vendido Interior; la policía sabe que los asuntos importantes se entregan en el juzgado de Baltasar Garzón", reflexionaban estas fuentes consultadas.

La interpretación más benévola es la de que "por una gran casualidad", varios terroristas islámicos han sido detenidos en España pocos días después de que más de 6000 personas hayan sido asesinadas en un atentado, supuestamente organizado por Ben Laden. En esa gran casualidad, Francia y el Reino Unido también han conseguido localizar a asesinos disfrazados de gente normal. Los nuestros estaban tan ocultos, que a pesar de esa supuesta financiación de Ben Laden, los terroristas se ganaban la vida recogiendo naranjas, fresas en Lepe o mediante chapucillas de albañilería. Parece que estos presuntos terroristas se dedicaban a falsificar documentación; queda por probar si lo hacían para subsistir (la vida de inmigrante sin papeles debe de ser muy dura) o lo hacían para financiar la organización terrorista.

Todos nos alegramos de que en esa justicia "global", los jueces de todo el mundo coordinen sus actuaciones para perseguir el terrorismo. Pero en esa globalización, no vale todo, y no vamos a ser menos buenos por no encontrar a locos islámicos en nuestro país. La prudencia nunca está de más. Wa-sá Allah, ojalá.

La que tiene que estar horrorizada es Teresa Palacios, a quien le ha caído encima la investigación. Lo que le faltaba.

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