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Maite Nolla

De regeneración en regeneración

No sirve de mucho que el PP haga una gran declaración de principios contra la corrupción, cuando al final la solución depende del político, del cargo que ocupa, del territorio que pastorea y del delito que se le imputa.

Que el PP presente a estas alturas un nuevo compromiso de obligado cumplimiento y unas pautas severísimas a seguir en casos de corrupción debería servir, al menos, para recordarnos que no cumplieron el anterior. Y que firmaron el anterior porque tenían otro más viejo que no se cumplía. Creo que es mucho mejor y más práctico que reconozcan públicamente que se actúa caso por caso y dependiendo de principios políticos de gran calado intelectual como son las encuestas, y ya está. Es cierto que en estos momentos lo de los ERE supera por cutre y por original a cualquier corrupción imputada al PP, pero algunos populares también tomaron prestado su trozo del pastel, y a la hora de reaccionar, en lo de Camps se ha procedido de forma distinta que en el caso de Bárcenas, diferente que en el de la inesperada aparición de jaguares en un parking y distinto que en el caso de jóvenes diputados de treinta años condenados por el Tribunal Supremo.

Y no ha sido igual la forma de actuar de Esperanza Aguirre que la de Rajoy, por poner dos ejemplos que me vienen así, sin pensar mucho. Miren, aquí se resuelven las situaciones descendiendo al supuesto concreto y se hace lo que se puede; mucho mejor, y así nos ahorran el enésimo manifiesto vacío sobre la regeneración democrática para los tres próximos meses. Por cierto, una palabra sobre la que se requiere la inmediata intervención de la OCU y de la defensora del pueblo para evitar el uso indebido, abusivo y engañoso del término, en perjuicio de los consumidores y usuarios. En definitiva, no sirve de mucho que el PP haga una gran declaración de principios contra la corrupción, cuando al final la solución depende del político, del cargo que ocupa, del territorio que pastorea y del delito que se le imputa.

Por eso, ya me disculparan si tengo, digamos, algunas reservas sobre las bondades del programa del PP titulado Mejor sociedad, mejor Gobierno. También Artur Mas prometió que el suyo iba a ser el "Gobierno de los mejores" y ha acabado fichando a Maravillas Rojo como asesora económica, aunque al menos ha tenido el detalle de no nombrar a Celestino Corbacho secretario general de política lingüística. En fin, es lo que tienen los programas políticos: que son transversales. Al del PP le añades la frase "y reformar el Senado para convertirlo en una auténtica cámara de representación territorial" y te lo firma hasta uno de Izquierda Unida. Pero eso da para otro artículo.

De todas formas, les deseo mucha suerte; hasta la próxima regeneración.

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