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Maite Nolla

Dos aniversarios

Esta semana cumplen treinta años dos de las mejores cosas que tenemos en España: sus majestades Los Secretos, un motivo para ser monárquica, y la Constitución, un motivo para ser española.

Poder escribir un artículo semanal en nuestro periódico tiene el riesgo de que la actualidad te desborde y, sobre todo, que otros articulistas de mayor nivel que una servidora se te adelanten. Lo digo por el hecho noticioso, puesto de manifiesto esta semana, de que no es incompatible llevar flores a la tumba de Guifré el Pilós con abrirse una cuenta naranja, tirando a oscura, casi negra, en Lichichí, que dice Juanma Rodríguez. En la línea del artículo de Arcadi Espada del miércoles, cada uno lucha contra el déficit fiscal a su manera y establece los sistemas de financiación que cree convenientes y, aunque el ejemplo de Obama sea magnífico, me pregunto si Convergencia tendría la misma actitud que tendrá el PPC respecto al señor Mas y a su señor padre, si el investigado por la Audiencia Nacional fuera el padre de la presidenta del PP de Cataluña. De todas formas, Mas no será nunca presidente de la Generalitat, con lo que no hay que preocuparse en exceso.

Yo, en realidad, quería hablarles del día de la Constitución y de sus treinta años, pero antes, les comentaré algo; lo peor después de un atentado, con mucho, son las declaraciones huecas y cínicas de muchos políticos ¿Unidad de los demócratas? No con los que son parte del problema y no con los que se escandalizan muchísimo con que El Mundo diga en portada que en el pueblo del asesinado gobierna una organización terrorista. Ver la sentencia de la Sala del sesenta y uno del Tribunal Supremo, de 22 de septiembre de 2008, que resuelve el recurso 6/2008 y que lo explica muy bien.

Respecto al aniversario de la Constitución, yo quería decirles que me parece estupendo que la mayoría de partidos nacionalistas no quieran asistir a los actos oficiales de su celebración; es muy coherente y, oigan, si no quieren venir, libertad, que para eso está. Espero que aprendan los que para que no les insulte la oficialidad, se dejan insultar en el insultódromo-amenazódromo que se monta cada septiembre en un acto que no es oficial.

Esta semana cumplen treinta años dos de las mejores cosas que tenemos en España: sus majestadesLos Secretos, un motivo para ser monárquica, y la Constitución, un motivo para ser española. Cierto es que la pobre Constitución está hecha unos zorros, pero mientras no se derogue, es la esperanza que nos queda, especialmente a los que vivimos en las comunidades históricas –léase las que tienen nacionalismo– porque dice lo que dice y algún día habrá que aplicarla y dejar de interpretarla y releerla. Lo repito, es la esperanza que nos queda, y es que, como se dice en elblogde José María Albert de Paco, bajo el nacionalismo está la playa libre.

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