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Maite Nolla

Libérate

El independentismo tardío de Pujol es como la salida del armario de algunos cantantes; no, si ya se veía, ya.

De pronto un día, Pujol ha pasado de pensar qué pensarían su mujer, sus hijos y su portera y ha salido a la calle a proclamarse independentista. España le ha dejado sin argumentos ante los independentistas, a los que ya no puede convencer. Motivos no le faltan; empezando por el insufrible expolio fiscal. Los catalanes somos los pagaderos de España, como ha reconocido Alicia Sánchez-Camacho para sorpresa de sus hagiógrafos madrileños. Pujol intentó frenar a los que buscaban una solución a contracorriente y dedicó su vida a vertebrar España, pero la fractura estatutaria y una lista de agravios que por repetida no mengua, le obligan a decidirse por la independencia, ese enorme cul de sac. Un mal menor y, en todo caso, indeseable.

Alguno puede pensar que Pujol nunca ha dejado de ser así; otra cosa es que ahora lo diga después de toda una vida de oficialidad y disimulo. Porque está mayor y se siente liberado, o por lo que sea. De hecho existe bibliografía en abundancia que apunta en la dirección de que Pujol ha sido un gran comediante que se ha aprovechado del viento a favor y de la estupidez de los políticos españoles. Que en realidad dejó al tripartit un piso amueblado. Que su supuesta contribución a la gobernabilidad de España no era más que una forma absolutamente desleal de vaciar el Estado poco a poco y de forma irreversible. Que la manera en la que introdujo el nacionalismo minoritario en todos los ámbitos de la sociedad merece un premio al gran trabajo de ingeniería social y política. Que después de veintitrés años acabó acomplejando a socialistas y populares y, para muestra, ahí tienen el ejemplo de Montilla diciendo cosas que dejan a Duran i Lleida en lo que dice que es, un nacionalista moderado. Que el complejo llega hasta el punto de que todos los partidos en Cataluña tienen que llamarse "cé" y que los sindicatos tienen que ser más "cé" que nadie. Y aunque nadie haya hecho más por el nacionalismo catalán que Zapatero en estos siete años, gracias al trabajo de campo previo de don Jordi, el que más ha hecho por el independentismo en Cataluña ha sido precisamente Pujol. Por eso el independentismo tardío de Pujol es como la salida del armario de algunos cantantes; no, si ya se veía, ya.

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