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Maite Nolla

Ocupen su localidad

Lo que les quiero decir es que a Cobo no le pasará nada, por lo mismo que han suspendido a Ricardo Costa: porque no tienen criterio alguno.

Fabuloso programa el que ofrecen en Barcelona; y en Madrid, dirán ustedes. Siempre me dijeron que criticar al partido se paga, aunque con el tiempo ganen los tuyos o se vayan los líderes actuales. Eso es razonable, pero también es cierto que no se corresponde con el historial reciente. Dicen Ana Mato y Cospedal que las declaraciones de Costa perjudican gravemente a su partido y por ello le suspenden de militancia. Vale. Alicia Sánchez Camacho no firmó el manifiesto en defensa de la lengua común –que firmó todo su partido– e hizo todo lo posible para que el PP no recurriera la ley de educación de Cataluña. ¿Y bien? Pues nada, aunque sólo sea porque a Cospedal tampoco le pasó nada después de perjudicar gravemente a su partido con su salida de pata de banco veraniega.

Es cierto que los casos de Cospedal o la señora Camacho no llegan a la violencia, como les contaré seguidamente, pero graves y perjudiciales para su partido lo son un rato –sus declaraciones. El actual diputado del PP en el Congreso por Lérida, cuando Aznar entregó el partido en Cataluña a Piqué y éste cortó algunas cabezas, intentó agredir al actual presidente de Vueling, con intervención de escoltas y todo. Aquello no sólo no le pasó factura, sino que años después, pese a un malísimo resultado electoral, vuelve a ser diputado y controla el partido –o lo que queda de él– en la provincia.

Lo que les quiero decir es que a Cobo no le pasará nada, por lo mismo que han suspendido a Ricardo Costa: porque no tienen criterio alguno.

Pero lo bueno está en Barcelona; o, mejor dicho, en furgón camino de Madrid en el momento de juntar estas letras. Un tanto excesivo me parece lo que Albert Boadella ha colgado en su blog:

Interrumpo por unos instantes mi trabajo en Francia para deciros que no se os puede dejar solos. Me marcho cuatro días y a las 24 horas me detienen a Prenafeta, Maciá, y al alcalde socialista de Santa Coloma. No podéis imaginaros con que placer se viven estas cosas desde la Republique. Ja, ja, jaaaa...  

Una falta de moderación que no nos lleva a ninguna parte.

Como cuando se publique este artículo ya se habrá dicho y escrito todo lo que se puede decir y escribir del tema, yo sólo quiero recordarles que algo funciona mal en España cuando a un ciudadano de la bonita población de Santa Coloma le aprietan cinco administraciones: el ayuntamiento, el consejo comarcal, la diputación, la Generalitat y el Estado. Cinco administraciones, a la que el nuevo estatuto de Cataluña añade las "veguerias". Estatuto de Cataluña que en el Congreso, junto a Carod y a Artur Mas, defendió la valedora del tal "Bartu", Manuela de Madre. Otra cosa, ahora se entiende el interés de Pujol en que el Constitucional se cargara la ley del suelo de Aznar.

Un consejo: pasada la emoción inicial, olvídense de que esto mueva el voto ni la política en Cataluña. Aquí no va a pasar nada y si pasa algo, resultará que es un ataque contra Cataluña; y si no ya me dirán. Un gran momento para dictar y publicar la sentencia del Constitucional. Aprovéchense, señorías.

En España

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