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Maite Nolla

Un tipo genial

Viene todo esto a cuento, aunque no mucho, simplemente para decir que Federico es un tipo genial. Y como después de decir esto me van a llamar facha, radical, sector duro y españolista, pues ya me lo llamo yo y acabamos antes.

A principios de abril estuve en el concierto que dio Mark Knopfler en Barcelona. Está mayor, sí, pero en esta época en que las futuras estrellas de la canción tardan una semana en aprenderse una de dos minutos, que un señor de sesenta años dé un concierto de dos horas y media no está nada mal. Mark Knopfler, aparte de su versión rockera, se ha hecho famoso también por bandas sonoras como Cal, cuya melodía les sonará del programa de tarde de Pepe Navarro de hace un montón de años, La princesa prometida o Last exit to Brooklyn, que el Plusutilizó durante unos años para un anuncio.

Mark Knopfler gafa las películas, de forma que incluso las que deberían tener éxito, como Wag the dog, que aquí se llamó La cortina de humo, pasan sin pena ni gloria y acaban siendo conocidas sólo por la banda sonora. En Wag the dog –con Dustin Hoffman y Robert de Niro– el presidente de Estados Unidos bombardeaba un país para tapar un escándalo sexual. El mismo efecto gafe sufrió la adaptación de la novela de Julian Barnes, Metroland. Dicen que no quiso hacer la música de El último emperador; el resultado, un porrón de Óscar.

Pero sin duda, su melodía más conocida compuesta para una película es la de Local Hero –pampapam papapam pampampamparampampam–. Alguien dijo que Mark Knopfler había conseguido que los españoles tarareáramos solos de guitarra. Aquí en España se llamó Un tipo genial y le pasó lo mismo que a todas las demás: el protagonista era Burt Lancaster y la peli la echan cada dos o tres años a las cuatro de la mañana en la 2.

Viene todo esto a cuento, aunque no mucho, simplemente para decir que Federico es un tipo genial. Y como después de decir esto me van a llamar facha, radical, sector duro y españolista, pues ya me lo llamo yo y acabamos antes, por más que siempre me haya parecido que un españolista es uno del Español, como mi amigo José Tentadero.

Yo no voy a hablar del fondo del asunto, aunque pienso que Federico tiene razón; lo que voy a hacer es apoyar a Federico por el sólo hecho de que esté pasando, como decimos los del gremio, pena de banquillo. Yo a Federico le tengo que agradecer que se haya preocupado de que la gente me conociera. Él siempre ha dicho públicamente que los políticos no nacionalistas de Cataluña somos poco conocidos en Madrid. No creo que me invitara a presentar su libro porque sea la nueva Arturo Pérez-Reverte, ni tampoco por mi locuacidad ni mi oratoria. Así se explica también que me haya invitado alguna vez a su programa. Lo mismo que con el canon.

En nuestro periódico siempre he tenido la libertad digital de zurrar a los del PP cuando estaba en Ciudadanos y de decir lo que me place ahora que soy "dirigenta pepera". Yo no tengo un cargo público y no puedo convocar una rueda de prensa; vivo literalmente encima del principal diario local y ni siquiera me llaman cuando soy noticia. Así que la forma que tengo de mandarle un abrazo público a Federico es desde este periódico. Pues eso.

En España

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