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Manuel López Cavada

La fascitis plantar

Si hay una lesión típica en pretemporada, o cuando acudimos a los gimnasios o centros deportivos después de un largo tiempo de inactividad, es la fascitis plantar.

Si hay una lesión típica en pretemporada, o cuando acudimos a los gimnasios o centros deportivos después de un largo tiempo de inactividad, es la fascitis plantar.

Nos referimos a la inflación de la fascia plantar, que es el tejido que va desde el calcáneo (talón) hasta los dedos, creando el puente del pie.

Las razones son muy diversas, pero todas están relacionadas con el estrés al que sometemos la zona a la hora de realizar cualquier tipo de actividad física:

  • El aumento de peso repentino.
  • Recorrer largas distancia corriendo o andando, sin estar preparados.
  • Uso de un calzado inapropiado, es decir, con un arco poco marcado o con una suela demasiado blanda (chanclas de baño, manoletinas...)
  • Excesiva carga del tendón de Aquiles, tener los pies planos o arco plantar demasiado pronunciado.

Para el tratamiento de la fascitis plantar desde el punto de vista médico, se recomienda reposo, analgésicos y antiinflamatorios. Debemos aplicar frío en la zona, y si la patología se alarga en el tiempo, no deberemos renunciar al uso de férulas que permiten el estiramiento del pie durante las horas de sueño y plantillas ortopédicas.

Desde el punto de vista del fisioterapeuta y del preparador físico, sin renunciar a las recomendaciones médicas, el tratamiento se centraría en el estiramiento de la planta del pie. Por ejemplo, sentados en el suelo, apoyando el talón en el suelo, los dedos hacia arriba, tiramos de ellos suavemente hacia nosotros.

Como hemos explicado anteriormente, una de las razones del dolor en la planta del pie es la sobrecarga del tendón de Aquiles, que muchas veces viene dado por no estirar lo suficiente el sóleo y el gemelo. Dos ejercicios de estiramiento interesantes para su prevención son:

  • De pie, estiramos los brazos y apoyamos las manos sobre una pared. Después, doblamos los codos dejando caer el cuerpo hacia delante, manteniendo las piernas rectas y sin separar las plantas de los pies del suelo.
  • Colocamos las puntas de los pies sobre el borde de un escalón, dejando caer todo el peso sobre los talones permitiendo que estos desciendan, sentiremos que toda la zona del sóleo y parte inferior del gemelo se estiran. Es importante mantener el cuerpo recto, para ello nos podemos equilibrar sujetándonos con los brazos.

Recordar que todo ejercicio de estiramiento se debe realizar durante 30 segundos, 2 o 3 veces, en este caso por cada pie.

El comienzo progresivo, y adecuado a nuestro nivel, de la actividad física, es básico para evitar todo tipo de lesiones, tal y como hemos visto en artículos anteriores. Deberemos prestar mucha atención a la superficie donde practicamos dicha actividad, puesto que se observa una gran correlación entre la dureza del terreno y la aparición de esta lesión, de tal forma que, a mayor dureza, mayor probabilidad de lesión.

Existe otro aspecto que debemos tener muy en cuenta para la prevención de esta patología y otras, como la periostitis tibial, que vimos en el artículo anterior. Es la elección del calzado adecuado a la actividad física que vamos a realizar. Con la intención de dar algunas ideas, y dedicarle la extensión que merece un tema tan importante, lo dejaremos para el próximo artículo.

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