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Mario Noya

Jobbik: lo mejor con lo peor

En Hungría hay un Movimiento, el Jobbik, que pretende erigir una Hungría Mejor con lo peor que ha segregado ese país en los últimos años.

En Hungría hay un Movimiento, el Jobbik, que pretende erigir una Hungría Mejor con lo peor que ha segregado ese país en los últimos años.

En Hungría hay un Movimiento, el Jobbik, que pretende erigir una Hungría Mejor con lo peor que ha segregado ese país en los últimos años. Gente que es gentuza como el atildado Márton Gÿongÿosi, que el otro día pidió que se conformara una lista negra de judíos "que podrían significar un riesgo para la seguridad nacional".

A Gÿongÿosi le salió el nazi que lleva dentro mientras Israel desarrollaba su última operación antiterrorista sobre la Franja de Gaza. Y es que al facho Gÿongÿosi le mientas el Estado judío y se pone a despotricar como si lo cebaran con basura proetarra o cocinada por un diputado comunista español cualquiera: Israel es un Estado fundado por terroristas que perpetra acciones genocidas en Palestina y no hace más que lanzar guerras contra los países de su entorno. Países como el "extremadamente pacífico" Irán de los ayatolás, para el que Hungría sería "la puerta a Occidente".

Esta última no es del pijo infame Gÿongÿosi sino de su mentor, Gábor Vona, historiador, fundador del Jobbik, un peor. "No somos comunistas, ni fascistas ni nacionalsocialistas", tuvo a bien decir un día. "Pero, y esto es importante que le quede claro a todo el mundo, ¡tampoco somos demócratas!". Si usted es de los que no se acaban de aclarar, sepa que este bocón liberticida pidió en 2008 que los comicios húngaros fueran sometidos a observación por parte de... ¡la Guardia Revolucionaria de Mahmud Ahmadineyad! (Irán, siempre Irán: el pasado enero Vona y Gÿongÿosi llevaron al embajador iraní en Hungría a Tiszavasvári, "la capital de nuestro movimiento"–Vona dixit–, a la que han hermanado con la persa Ardabil, cuna de celebrities como el felizmente muerto Sadeg Jaljali, el Juez de la Horca).

Vona y los de su ralea no son nazis ni fascistas; por eso no hacen más que mirar atrás en busca de la Cruz Flechada (CF), los nazifascistas que ayudaron a Hitler a devastar Hungría. Como aquel Movimiento Hungarista, este Movimiento por una Mejor Hungría es anticapitalista, liberalófobo, antisemita. "¡Hungría para los húngaros!", berrean los de Vona como berreaba hace ¡no tanto! la canalla genocida de Ferenc Szálasi, corresponsable del exterminio de unos 200.000 judíos de los 400.000 que habitaban el país en 1939, así como de hasta 28.000 gitanos (de un total de 100.000). Una Hungría con listas negras de judíos y campos para concentrar a los gitanos, alejada de Occidente y con la vista puesta en Asia Central, de donde proceden las voces ancestrales que escuchan los que se ponen hasta arriba de turanismo.

Hoy, tipejos como Gÿongÿosi se permiten ironizar a cuenta del Holocausto: "Lo de andar a vueltas con los números se ha convertido en un negocio fabuloso". Ayer, los cruces flechadas no estaban para bromas:

No debemos permitir que los casos individuales nos despierten compasión por ellos [los judíos]. [...] También habrá que hacer algo para detener los ruidos que producen las muertes en las zanjas todo el día, y no se debe permitir a la población ver a las masas [de judíos] moribundas. [...] Las muertes no deben quedar consignadas en el registro [nacional] de defunciones.

(El diputado Károly Maróthy, de la CF, en un discurso pronunciado ante el Parlamento húngaro; v. Saul Friedländer, El Tercer Reich y los judíos, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, 2009, vol. 2, p. 832).

***

Cuando Jobbik empezó a cobrar fuerza, no fueron pocos los que dieron la voz de alarma. Entre ellos se contó Gádor Barát, un "orgulloso judío húngaro" radicado en Nueva York que en 2009 cargó duro contra la hoy europarlamentaria Krisztina Morvai: "Es un monstruo, un caso de psiquiatra". A lo que la Morvai replicó:

Me pondría muy contenta si esos que se dicen a sí mismos judíos orgullosos se dedicaran a jugar con sus pequeños pitos circuncidados en vez de a difamarme.

¿Cómo de contenta te pondrías, Krisztina? ¿Como cuando eras tú la que jugabas con el pito circuncidado de tu por entonces marido y para siempre padre de tus hijos? Y es que al parecer el ex de aquí nuestra enemiga es judío, y no precisamente un fachenda: el conocido periodista progresista Gÿorgÿ Baló.

No sé si es judío o no el señor Baló, tal y como recogen los medios –sólo este par en realidad–. Sí sé, lo sabe todo elmundo desde el verano, que lo es Csanád Szegedi, cofundador de la paramilitar y hoy proscrita Guardia Húngara, "columna vertebral" de la nueva gendarmería que esta banda tiene previsto montar si se da la terrible circunstancia de que conquisten el poder, tal y como ha fanfarroneado uno de ellos, el niñato Samu Tamás Gergö.

Szegedi tenía un prometedor futuro político por delante expeliendo antisemitismos: que si los judíos por aquí, vendepatrias, que si los judíos por allá, ¡comprándose la patria!; hasta que, en 2010, un oscuro exconvicto llamado Zoltan Ambrus le dijo que tenía pruebas de que era judío. En un primer momento el aguerrido Szegedi quiso comprar el silencio del chantajista, pero por lo visto el chantajista no estaba por la labor –¿lo había comprado previamente la propia gentuza de Jobbik?– y este mismo verano el cazador hubo de confesar que lo habían cazado: es judío por vía materna, o sea judío para los judíos y para los nazis que enviaron a los campos de la muerte a su abuela Magoldna:

Estuvo en Auschwitz y en Dachau, y fue la única superviviente de la extensa familia.

"Csanád Szegedi está en medio de un difícil proceso de reparación, autoconocimiento, revaluación y aprendizaje", nos informó en agosto el rabino de la comunidad Lubavitch Slomó Köves, luego de mantener con él una conversación "dificultosa y espiritualmente estresante". El rabino Köves espera que su proceso acabe "de manera positiva", en cambio en Jobbik ahora no quieren verlo ni en pintura. No por judío, no no no, cómo se les ocurre: por mentiroso y por tratar con criminales...

"No nos queda más alternativa que pedirle su acta de eurodiputado", declaró con las calores Gábor Vona (el pobre Vona, que según el periodista holandés Tijn Sadée pide 1.000 euros por entrevista para sostener económicamente al partido... y te los devuelve si lo que finalmente publicas está "en orden"). Pero el caso es que Szegedi, que ahora se define como un tipo "cien por cien húngaro" con "ancestros de origen judío", sigue siendo europarlamentario. Por Jobbik.

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Jobbik, el Movimiento que pretende erigir una Hungría Mejor con semejante calaña, en 2006 era una formación extraparlamentaria que ni aliándose con otro grupo ultra conseguía 120.000 votos, mero error estadístico del 2% sobre el total. Hoy, y desde las elecciones de 2010, es la tercera fuerza política del país, con cerca de un millón de votos (16%) y 47 de los 386 escaños de las Asamblea Nacional.

Ojo.

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