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Mark Klugmann

Chávez ganó otra vez

Rafael Correa parece un mal vecino para Colombia,; imita a Chávez no llamando "terroristas" a los guerrilleros de las FARC y negándose a apoyar a Colombia en contra de los secuestros y asesinatos.

La victoria electoral de Rafael Correa en Ecuador, poco después de la sandinista en Nicaragua, le dan un nuevo impulso al chavismo en el hemisferio, al tiempo que Hugo Chávez avanza en sus alianzas estratégicas con Irán y Corea del Norte, junto a sus amigos en Rusia y China.

Correa y Ortega inaugurarán sus mandatos con pocos días de diferencia y probablemente Chávez será el invitado de honor en ambas tomas del poder. El 10 de enero desembarcará Chávez de su lujoso jet en Managua, para seguir camino a Quito el 15 de enero, de nuevo acompañado de su creciente grupo de aduladores de la izquierda latinoamericana.

La estrategia chavista ha sido ayudar a ganar elecciones a los candidatos de izquierda en América Latina, redactar nuevas constituciones y promover las alianzas internacionales bajo su bandera "bolivariana". El instrumento clave para todo ello son los petrodólares, con lo cual financia también su carrera armamentista.

Ecuador, otro país exportador de petróleo, se adhiere al campo chavista anunciando planes para una nueva constitución y una nueva política energética nacionalista. La Bolivia de Evo Morales ya nacionalizó el gas y el petróleo, dando apoyo a la estrategia geopolítica de Chávez basada en el control de las fuentes de energía. Chávez también se ha convertido en un socio de Irán en la OPEP, donde ambos promueven precios petroleros más altos.

Algunos analistas señalan que el fracaso de Chávez en obtener un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas indica que su influencia está decayendo. Sin embargo, en la ONU Chávez mostró un apoyo más allá de Cuba y Bolivia, obteniendo los votos de Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y de los países del Caribe miembros de CARICOM. Dice mucho que Chile, pese a las presiones de Estados Unidos, no quisiera votar en contra de Venezuela y se abstuviera.

La política de Washington en América Latina está en problemas. Bajo el gobierno republicano, Washington buscaba los tratados comerciales bilaterales. Ahora Correa rechaza un acuerdo, mientras que la nueva mayoría demócrata en el Congreso de EEUU está advirtiendo su posible rechazo de los tratados ya negociados con Perú y Colombia

Los mejores aliados que le quedan a EEUU en el hemisferio son Centroamérica y Colombia. Rafael Correa parece un mal vecino para Colombia,; imita a Chávez no llamando "terroristas" a los guerrilleros de las FARC y negándose a apoyar a Colombia en contra de los secuestros y asesinatos.

En Centroamérica, el chavismo ya tendrá su sucursal regional en Nicaragua, mientras se susurra en los oídos de los políticos del istmo que el populismo de la izquierda es la nueva carta ganadora, algo supuestamente comprobado por la victoria electoral de Correa en Ecuador

Al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, le encantaría formar parte de la nueva ola izquierdista latinoamericana y acercarse más a Daniel Ortega, pero una buena parte de su base política se opondría y se notan presiones de Washington en contra.

Por razones financieras y estratégicas, los sandinistas nicaragüenses buscarán tener relaciones normales con Estados Unidos, empezando su nuevo mandato con políticas económicas moderadas, pero en el campo internacional apoyarán el proyecto de Chávez para América Central. Esto significaría organizar las fuerzas políticas y sociales "populares" en la región para apoyar al candidato presidencial guatemalteco Álvaro Colom, actualmente adelante en las encuestas para las elecciones de septiembre de 2007.

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