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Mark Steyn

Las elecciones de noviembre

¿Representaron los neocon toda la guerra de Irak con el fin de dotar a Foley de un suministro sin fin de captación de jóvenes acompañantes árabes?

¿Quién es James Vicini? Bien, trabaja para Reuters, la legendaria agencia de noticias. Por "legendaria" me refiero a que tiene un ilustre historial y es globalmente respetado y todo eso. La semana pasada, al agresivo periodista Vicini le fue asignada una noticia de lo más interesante:

WASHINGTON (Reuters) Un converso al Islam natural de California, acusado de realizar una serie de videos propagandísticos de al-Qaida, se convirtió el miércoles en el primer americano acusado de traición desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, dijeron funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

El prófugo Adam Gadahn, de 28 años de edad, que se presume que está en Pakistán, fue acusado de traición, lo que conlleva la pena capital como máximo...

¡Guau! ¡Traición! Por primera vez en medio siglo, desde los días de Tokyo Rose. Desde entonces, por supuesto, la misma palabra "traición" ha cobrado apariencia de arcaica, por no decir obsoleta, como algo con lo que algún colega de casaca y leotardos acusaría a alguien en una obra de teatro, pero de otro modo nada terriblemente relevante y francamente nada importante: en la práctica, la izquierda universitaria normalmente da la impresión de que "traición" es poco más que un estilo de vida alternativo, como ser travesti.

Pero el Departamento de Justicia perseguirá a este tipo allá en Pakistán por traición. Bien, ¿por qué harían tal cosa? Después de dar tumbos a través de las diversas acusaciones, Vicini llega al corazón de su noticia: "Funcionarios del Departamento de Justicia negaron que el caso estuviera programado para desviar la atención de los correos electrónicos sexuales enviados por un ex congresista republicano a jóvenes becarios varones, un escándalo que podría ayudar a los demócratas a hacerse con el control del Congreso en las elecciones del 7 de noviembre".

Recorte ese párrafo y hágalo enmarcar. O ahora que las noches se alargan, si se encuentra al final de la tarde sin nada que hacer, cósalo a un tapete bonito y cuélguelo en su salón. En los próximos años, pasará muchos preciosos momentos atesorándolo como el perfecto resumen de las elecciones norteamericanas del 2006.

"Funcionarios del Departamento de Justicia negaron..." Lo que quiere decir Reuters con estas palabras es que un reportero –probablemente el gran Vicini en persona o su colega (" Información adicional de Rick Cowan")–, al recibir la circular acerca de esto de la primera acusación de traición en medio siglo, va y le dice a los funcionarios federales relevantes: "Venga, tíos, simplemente buscáis a este tipo en Pakistán para distraernos de lo de Mark Foley, ¿verdad?"

Y sin duda, el tío del Departamento de Justicia responde: "¿Mark qué?"

Cowan (o Vicini) insiste: "El ex congresista. Becarios adolescentes. Merodeadores homosexuales Republicanos salidos. El notorio círculo pedófilo de Hastert. Tienes que haber leído algo. Ha estado en todos los periódicos". Y el tío de Justicia dice: "Lo siento, llevo toda la semana dale que te pego con el fax enviando mensajes a Pakistán, redactando las condenas relevantes por triplicado y todo eso."

Originalmente, solamente el Congreso Republicano estaba encubriendo a Foley. Pero tal como Vicini y Cowan lo ven, la conspiración se extiende ahora al Departamento de Justicia. Deberíamos estar agradecidos de que Reuters achaque solamente "la sincronización" de la imputación por traición al escándalo de los "correos electrónicos sexuales", no a la imputación en sí. Después de todo, ¿por qué habría señalado la administración Bush a algún don nadie en Pakistán con una estúpida acusación de "traición" si no fuera precisamente por una eventualidad como esta? Asimismo, observe la sincronización entre la mayor parte de los "correos electrónicos sexuales" más escandalosos y el derrocamiento de Saddam Hussein; ambas cosas tuvieron lugar en el 2003. ¿Representaron los neocon toda la guerra de Irak con el fin de dotar a Foley de un suministro sin fin de captación de jóvenes acompañantes árabes? Como le gustaba cantar a Al Jolson, siéntate en mis rodillas, sunní boy.

¿Y qué hay de la bomba norcoreana? Esa sincronización es también bastante sospechosa. Además, con esos trajes tan ridículos, Kim Jong Il se parece un poco a un becario adolescente del Congreso en una fiesta de pijamas. Bueno, vale, sólo desde cierta distancia, con poca luz y un par de copas de más.

¿Y qué tal esta noticia de la BBC el jueves de la semana pasada como sincronización conveniente?

Un hombre se ha declarado culpable de conspiración para matar gente en una serie de atentados contra objetivos británicos y norteamericanos. Dhiren Barot, del norte de Londres, planeaba utilizar una 'bomba sucia' radiactiva en uno de los ataques previstos en el Reino Unido, según se escuchó en el juzgado de Woolwich Crown...

En mi nuevo libro (ya está a la venta, amigos: lo encontraréis al final de la tienda, pasada la sección de Conspiraciones del 11 de Septiembre, la de Toma de Control Teocrático de EEUU y la montaña de cajas de seis CD de canciones de las Dixie Chicks sobre cómo son censuradas), afirmo que algunos de nosotros vimos el 11 de Septiembre como la súbita revelación de la punta de un enorme iceberg, e intento tratar las siete octavas partes de ese iceberg que se encuentran bajo la superficie: la globalización del Islam radical, la extensión de la tecnología nuclear, la debilidad demográfica de las democracias occidentales, etc. Otros colegas, en cambio, ven el iceberg al revés. El enorme peso de la historia haciendo equilibrios sobre el tonto de la semana: en este caso, Mark Foley.

Thomas Sowell dice que la cuestión de estas elecciones no es si usted o su candidato es republicano o demócrata, sino si usted es "serio" o "frívolo". Un montón de americanos, y no solamente su lamentable simulacro de estamento profesional de prensa, están de humor para la frivolidad. Es como ir al teatro. ¿Realmente quiere soportar ese ardiente drama histórico de la Real Compañía de Shakespeare? ¿O preferiría ir a la comedia sexual de al lado?

En los años 90, los americanos optaron por la comedia sexual, o eso pensaron. Pero en realidad, el ardiente drama histórico continuaba; siempre estuvo allí, oculto entre bambalinas, detrás del comediante narcisista sin gracia que se baja los pantalones para intentar sorprender al público. El ambiente de la época consistía en reprimir las cosas serias de modo que pudiéramos volver al President Lounge Act. Con Corea del Norte, la gente que prefirió dejar ahí colgando el asunto para dentro de unos cuantos años –Madeleine Albright, Jimmy Carter– han vuelto, redactando columnas de autobombo acerca de su inteligencia y previsión. En absoluto. El tan cacareado "acuerdo" de Albright fue un arreglo en el que Washington acordaba impulsar a un estado errático dependiente de la ayuda internacional con el fin de permitirle comprar tiempo suficiente como para convertirse en una amenaza desestabilizadora seria para sus vecinos y más allá. Muchos de nuestros enemigos presentes –incluyendo Irán– se derivan explícitamente de los años en que Carter representaba la "superpotencia" americana como un eunuco sonriente.

Gracias en parte a las vacaciones de la historia que nos tomamos durante la última década, Irán y Corea del Norte no tienen que ganar más tiempo. Tienen todo el que necesitan. La vida no es una noche en Broadway, donde puedes decidir que no estás de humor para "Enrique V" y todo el mundo parece estar pasándolo mejor en "La Cage Aux Foley". Olvide a los republicanos durante un momento. En Connecticut, la competición es entre un frívolo progresista que ofrece un conjunto de minucias parroquianas miopes y un progresista serio a la altura de los tiempos y que, por tanto, ha sido sacado a la fuerza del Partido Demócrata. Los votantes de su estado no parecen inclinados a aprobar el abrazo incondicional de los demócratas oficiales a las trivialidades y la miopía. El electorado en general debería hacer lo mismo.

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