Menú
Mercedes Rodríguez Martín

Mejor no encontrar petróleo

No es sólo el petróleo: es todo lo que huela a dificultades extra, a necesidad de explicaciones que pueden hacerse incómodas.

No es sólo el petróleo: es todo lo que huela a dificultades extra, a necesidad de explicaciones que pueden hacerse incómodas.
El Rowan Reinassance, el gigantesco barco que intentó encontrar petróleo en Canarias | Repsol

Sepultadas por el espectáculo tragicómico del caso Pegasus, han pasado inadvertidas unas llamativas declaraciones de Nemesio Fernández Cuesta, ex director general de Repsol, sobre las prospecciones en Canarias en 2014. "¿Mereció la pena?", le pregunta el periodista de El Mundo, en alusión al fiasco y las protestas. "Encontramos trazas de petróleo, pero no eran ninguna acumulación que permitiera su explotación. En cualquier caso, el problema hubiera sido encontrarlo. Hubiéramos tenido un buen lío", contesta. Su respuesta entronca con lo que contaban en Libre Mercado esta semana los geólogos especializados en hidrocarburos sobre el camino de obstáculos en que se había convertido todo proyecto relacionado con el petróleo y el gas en los últimos años: expedientes perdidos, retrasos inexplicables, inversores extranjeros abandonando "desesperados" ante las dificultades impuestas por políticos de gobiernos centrales, autonómicos y locales que percibían sus ideas como una posible fuente de problemas, un nubarrón en sus perspectivas electorales.

En estos tiempos de transición verde, puede que declaraciones como estas encuentren alguna comprensión en quienes creen que los proyectos deben ir en otra dirección pese a que España sigue consumiendo casi un millón de barriles al día; que se vean añejas, fruto de la nostalgia de un sector abocado a la desaparición, decretada ya por ley en España y en otros países. Pero no es sólo el petróleo: es todo lo que huela a dificultades extra, a necesidad de explicaciones que pueden hacerse incómodas, a plazos que trascenderán legislaturas. Palabrería hueca en lugar de trabajo callado; el gallinero del Congreso, el teatrillo ante los periodistas frente a las inversiones que necesitan de años y esfuerzo. Un "mejor ni intentarlo", por si acertamos, que no es sólo patrimonio de la izquierda y que ya se ha visto ante desafíos como el futuro de los residuos nucleares o el melón de las pensiones.

Declaraciones tan desalentadoras como estas retumban aun más cuando la incertidumbre y los retos crecen y, mientras, en Moncloa prefieren autoconvertirse en protagonistas de un escándalo con comparecencias disparatadas, inexplicables disparos en el pie y unos socios de gobierno que claman histéricos contra un partido al que no dejarán caer, por mucho que lo repita Rufián. Dejando aparte la imagen que se está dando del país y de sus instituciones, el espectáculo podría resultar, en tiempos más tranquilos, hasta gracioso; ahora es difícil encontrarle la chispa. Aunque visto quién está al mando, quizás sea mejor que se dediquen a esto y no se embarquen en grandes empresas. Mejor no encontrar petróleo.

Temas

En España

    0
    comentarios