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Michelle Malkin

El acoso a Joe el Fontanero

Al día siguiente le llamaban embustero por calificarse como indeciso. Se ve que sólo los demócratas de carnet y los falsos republicanos que se autorridiculizan en los medios de comunicación y en los debates de YouTube pueden utilizar esa etiqueta.

Un senador con seis mandatos a sus espaldas como es Joe Biden ha tenido que ponerse las pilas después del fenómeno de Joe el fontanero. El consumado político de Delaware, que presume de ser el tipo corriente número 1 del país, no tenía elección. Obama-Biden simplemente no pueden tolerar que un ciudadano retrate con éxito la lista demócrata como "señores feudales socialistas". Y de esa manera arranca una desesperada guerra sucia contra Joe Wurzelbacher.

Los fontaneros políticos de la izquierda están matando al mensajero, examinando al milímetro su vida personal y, como era de esperar, utilizando la baza racial una vez más. Es el procedimiento estándar de la maquinaria de matones de Obama.

En caso de que haya estado usted hibernando, Wurzelbacher es el pequeño empresario de Ohio que increpó a Obama con motivo de su plan fiscal durante un encuentro de campaña con sus partidarios. El revelador intercambio fue recogido y emitido ampliamente por internet y las televisiones.

En respuesta a la pregunta de Wurzelbacher acerca de por qué él debería "pagar cada vez más impuestos por cumplir el sueño americano", Obama sermoneaba con la necesidad de "difundir la riqueza" porque "eso es bueno para todos."

John McCain criticó ese sorprendente mantra marxista de Obama durante el último debate presidencial y repetidamente citó la situación de Joe el fontanero.

Obama se salió por la tangente. Los carroñeros demócratas empezaron a buscar información y a la mañana siguiente, Biden lanzaba un primer ataque contra el empresario de Ohio en "Today Show" de la NBC, con el que cuestionaba la veracidad de su historia: "Yo no tengo a ningún Joe el fontanero en mi barrio que gane 250.000 dólares al año".

Bajo una administración Obama-Biden, ellos se van a asegurar de que ningún Joe el fontanero gane nunca un salario así. "Es bueno para todo el mundo", ¿no lo sabía?

Biden, siguiendo sus costumbres, retorcía los datos acerca de Wurzelbacher. Era de esperar. Este senador es el mismo que cuenta historietas sobre sus visitas a un restaurante en Delaware que lleva años al borde de la quiebra, exagera sus batallitas sobre que fue "obligado a descender" de un helicóptero en Afganistán por "condiciones hostiles" (que resultaron estar relacionadas con el clima y no con al-Qaeda) y que sigue difamando a la familia del hombre implicado en el fatal accidente de tráfico de su esposa (los detectives absolvieron al ya difunto conductor de conducir ebrio, a pesar de las insinuaciones de Biden). Pero me pierdo.

Wurzelbacher no afirma en ningún momento estar ganando 250.000 dólares al año. Dijo a Obama que estaba "pensando en adquirir una compañía que gana alrededor de 250.000 o 270.000 dólares" al año. Su idea simplemente era que las nocivas propuestas fiscales de Obama obstaculizarían este sueño.

Los seguidores de Obama fueron incapaces de hacer frente a esta verdad incontestable. Los blogs de extrema izquierda se pusieron inmediatamente a trabajar, publicando escandalosos titulares como "No es un fontanero real que gana 250.000 dólares". Al día siguiente, acusaron falsamente a Wurzelbacher de no estar registrado para votar (cuando está registrado en Lucas County, Ohio) y votó como republicano en las primarias de este año.

Al día siguiente le llamaban embustero por calificarse como indeciso. Se ve que sólo los demócratas de carnet y los falsos republicanos que se autorridiculizan en los medios de comunicación y en los debates de YouTube pueden utilizar esa etiqueta.

A continuación, el famoso bloguero progre Joshua Marshall presentaba a Wurzelbacher como una especie de demente furioso por decir que la Seguridad Social era "una broma" (como si ningún estadounidense de clase media pudiera creerse que el programa de prestaciones del Gobierno federal es un timo, sin estar comprado y sobornado por la campaña McCain).

Acto seguido, los periodistas que no mueven un dedo por investigar las longevas relaciones de Obama con el terrorista de los Weather Underground, Bill Ayers, y Jeremiah Wright se pusieron manos a la obra buscando las declaraciones fiscales de Joe Wurzelbacher. Politico.com informaba incansable: "Samuel J. Wurzelbacher tiene pendiente un impago por la suma de 1182,92 dólares, que se remonta a enero de 2007". El sindicato de fontaneros local (que ha dado su apoyo a Obama), afirmaba que no realizó su trabajo como aprendiz obligatorio y que no tiene licencia para trabajar fuera de su localidad.

¡Que le cuelguen ya!

Después de que Wurzelbacher dijera a Katie Couric que las piruetas retóricas de Obama "son casi tan buenas como Sammy Davis, Jr." los inevitables gritos de "racismo" hicieron acto de presencia. (Ahora hay decenas de miles de búsquedas en internet con "Joe el fontanero racista").

Bienvenidos al Síndrome de Difamación de Joe el Fontanero. Si no puedes con él, difámalo. Es el estilo Obama.

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