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Michelle Malkin

El hombre que podría derrocar a Murtha

Russell ha unido a las familias pro-tropas, a los conservadores sociales, a los conservadores fiscales, a los demócratas de Reagan y a los independientes hartos de la cultura de corrupción de Murtha.

Podría avecinarse un milagro político de los que dejan boquiabierto. No, no estoy hablando de la segunda venida del Obamesías. Hablo del merecido ajuste de cuentas con Jack Murtha, el representante demócrata por Pennsylvania acosado por los escándalos, aficionado a difamar a las tropas y a gastar a manos llenas en políticas electoralistas. El contrincante de este congresista que lleva 18 legislaturas en la poltrona es un recién llegado, el republicano conservador William Russell, quien durante el segundo trimestre el año recibó casi 670.000 dólares en donaciones.

La campaña del aspirante Russell se ha sobrepuesto a los privilegios de la titularidad, el reconocimiento nacional, las grandes donaciones de los Comités de Acción Política y el apoyo de los medios.

Aún más sorprendente: Russell, de 45 años de edad, veterano de la operación Tormenta del Desierto, ex lugarteniente coronel del ejército y reservista que sobrevivió al ataque terrorista del 11 de Septiembre contra el Pentágono, ni siquiera hizo campaña física durante esos meses. Se encuentra movilizado con el ejército hasta después del 1 de agosto. Mientras tanto tiene prohibido hacer campaña activa.

Por si todo eso no convirtiera esta campaña en una inspiradora historia de David contra Goliat, el pasado mes de febrero un juez de Pennsylvania dictaminó que Russell no había logrado recaudar suficientes firmas para presentarse a las primarias. Pero Russell se negó a abandonar su objetivo de deslocalizar permanentemente a Murtha de su tribuna de poder en Washington, a la que el demócrata se aferra con uñas y dientes. El neófito republicano perseveró con un presupuesto muy limitado, y a lo largo de la primavera obtuvo más de 4.000 firmas de apoyo hacerse un hueco en la papeleta electoral. Según Peg Luksik, directora de campaña de Russell y veterana activista republicana, el grueso de las donaciones, procedentes de alrededor de 16.000 personas, fue inferior a los 50 dólares.

Russell es claro en sus opiniones. Seguro que Barack Obama le llamaría resentido y aferrado al pasado. "Yo soy conservador", dice en su manifiesto electoral. "Creo en la soberanía y en la seguridad de esta nación bajo Dios. Creo que el papel primordial del Estado es poner los medios para la defensa común y el marco legal para proteger a la familia y las libertades individuales. Creo que nadie me debe nada simplemente por respirar y vivir."

La excitación y el revuelo en torno a Russell contrastan poderosamente con el disgusto popular en la derecha con los republicanos de Washington, que siguen empujando al partido hacia la izquierda en una tentativa mecánica por "reposicionar" al Partido Republicano. En cambio, Russell ha unido a las familias pro-tropas, a los conservadores sociales, a los conservadores fiscales, a los demócratas de Reagan y a los independientes hartos de la cultura de corrupción de Murtha, que se remonta al caso Abscam en los años 80. Murtha no fue procesado en la sobrecogedora investigación por sobornos, pero fue grabado accediendo a una tangente de 50.000 dólares propuesta por agentes del FBI encubiertos que se hacían pasar por emisarios de jeques árabes que querían entrar ilegalmente en nuestro país.

"La increíble noticia de la campaña de Bill es que las donaciones de 15 y 25 dólares proceden de toda Pennsylvania y de todas partes del país," observaba Luksik en la página web de la Brigada Russell. "Es la gente corriente contra la clase acomodada. Son familias patriotas que expresan apoyo a los soldados, a los marineros y a los Marines, y gente que dice que ya está harta de la vieja cultura del 'pague por jugar' del Capitolio. Eso es lo que está alimentando esta campaña."

Russell decidió entrar en política tras escuchar las calumniosas acusaciones formuladas en 2006 de Murtha contra los marines en Hadita: "Reaccionaron con violencia a causa de la presión a la que estaban sometidos y mataron a civiles inocentes a sangre fría". Como conté en junio,siete marines han sido absueltos, o sus acusaciones desestimadas, por este incidente de la guerra de Irak que Murtha adjudicaba sin escrúpulos en el tribunal de la opinión pública (con periodistas importantes delNew York Times, la cadenaMSNBC y en el mundo de la prensa tensando la soga). Quizá esa complicidad explique el enorme telón de acero mediático en torno al prometedor inicio de la campaña de Russell. El republicano ofrece un cambio conservador ético, liberal, responsable, contrario a la derrota y sin complejos, un cambio en el que ellos no quieren creer.

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