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Miguel del Pino

"El decreto es el que es": Cantinflas cabalga de nuevo

Cantinflas hizo famoso un tipo de oratoria gracias a la cual podía hablar, poco o mucho, sin decir absolutamente nada. Es lo que hizo la ministra Ribera en la rueda de prensa del decreto energético.

Cantinflas hizo famoso un tipo de oratoria gracias a la cual podía hablar, poco o mucho, sin decir absolutamente nada. Es lo que hizo la ministra Ribera en la rueda de prensa del decreto energético.
EFE

El inmortal cómico mexicano Mario Moreno Cantinflas hizo famoso un curioso tipo de oratoria gracias a la cual podía hablar, poco o mucho, sin decir absolutamente nada. Es lo que hizo la ministra de Transición Ecológica en la rueda de prensa en que presentó el decreto energético, pero con dos grandes diferencias: el léxico de Cantinflas se basaba en la ternura y la gracia, la exposición ministerial en el sectarismo y la "mala sombra".

El decreto es "lo que es", pero ¿qué es el tal decreto?

Verdaderamente hace falta mucho aplomo por parte de la ministra, por no emplear otro calificativo, para presentarse en rueda de prensa ante un grupo de periodistas y evadir la definición y los calificativos necesarios para la clarificación de algo tan importante, pero hagamos examen de conciencia: también hace falta "sangre fría" para no levantarse y marcharse de la sala.

A falta de calificaciones ministeriales que son imprescindibles y que la ministra eludió, aportemos alguna más que evidente. El decreto sobre ahorro energético es: insustancial, insolidario, ruinoso, injustificado, incoherente, sectario y confiscatorio.

El decreto es insustancial

Carece de sustancia científica, es decir, de los estudios de impacto ambiental comparados entre el modelo actual y el que se propone tras tantos sacrificios exigidos a los más débiles. Tales estudios y sus correspondientes conclusiones deben emitirse en forma de dictámenes procedentes de verdaderos expertos.

No solo no se proporciona a la opinión pública información sobre dichos dictámenes, es que ni siquiera tenemos claro que se estén realizando, antes bien, de las declaraciones de la ministra parece deducirse que este tema no forma parte de las preocupaciones del gobierno al que representa.

El decreto es ruinoso

Podemos hacer referencia a dos magnitudes de ruina: la ruina económica de un país y la de uno de sus sectores más frágiles, el comercial.

Todas las dolorosas medidas que se deducen del decreto no evitarían que España siga careciendo de fuentes energéticas suficientes y variadas; tradicionalmente venimos necesitando importar más del 75% de la energía que necesitamos; somos peligrosamente deficitarios y no solo no nos embarcamos en la exploración de la energía nuclear con nuestros compañeros del mundo libre y desarrollado, sino que condenamos al cierre a nuestras últimas centrales.

Imponer restricciones energéticas a los ciudadanos mientras se incautan los recursos de obtención de energía que podrían ayudar a mejorar la angustiosa situación es verdaderamente asombroso. Vamos a la ruina energética y esa es la verdadera transición a que se re refiere la denominación del ministerio que sustituyó al de medio ambiente. Ministerio de "transición a la ruina".

Un sector tan importante y tan castigado como el comercial resulta especialmente abocado a la penuria económica si las medidas anunciadas llegaran a ejecutarse. Realmente falta sensibilidad el requerir al comercio, incluido el pequeño, esfuerzos económicos como la instalación de costosas puertas automáticas provistas de motores.

Una pequeña tienda provista de un par de puertas puede ir preparando como mínimo diez mil euros. En muchos casos se pueden convertir en "puertas al paro" para salida de camareros.

El decreto es incoherente

¿Está derogado el decreto contra el contagio de la covid que obligaba a mantener las puertas de las tiendas abiertas para facilitar la ventilación? Pasamos bastante fresquito en los últimos inviernos, pero lo dábamos por bien empleado para respirar un aire más limpio y, por tanto, menos peligroso.

¿Y ahora qué? ¿Ventilación o aislamiento? El decreto de puertas herméticas resulta incoherente con respecto al anterior, y no cabe duda de que el aire aislado para ahorrar energía será también un aire viciado y por tanto menos sano. Ante la incoherencia de ambos decretos, ¿alguien será capaz de cobrar a un comerciante uno de los anunciados multazos?. De hacerlo, ¿lo hará por no aislar el aire o por todo lo contrario?

El decreto es sectario

En este caso la arrogancia de nuestro presidente no encuentra su anhelado apoyo europeo. Ningún país ha recurrido a medidas tan impositivas y faltas de negociación con la oposición. Europa apuesta por las recomendaciones, los consejos y el asesoramiento en lugar de recurrir a la amenaza de las sanciones económicamente disparatadas.

El decreto es confiscatorio

¿Multas de sesenta mil euros? Pero, nunca mejor dicho, ¿en qué país viven los tasadores de sanciones contra las infracciones a los decretos dictatoriales?

Una multa de sesenta mil euros puede arruinar a una pequeña empresa comercial y catapultar al paro a sus empleados. Es posible que las dificultades económicas solo sean comprendidas por quienes han pasado por circunstancias similares. Quienes dictaminan sobre multas desproporcionadas y recaudatorias se está autodefiniendo como mimados de la fortuna.

¿Qué decir de esas multas de doscientos millones que también se anuncian? ¿No deberían reservarse para otro tipo de despilfarradores como los que pretenden desproveernos de nuestro recursos de producción energética, o quienes derrochan combustible en sus viajes oficiales?

Tras mi sentida crítica a la presentación del decreto energético por parte de la ministra de Transición Ecológica no quiero obviar el hecho flagrante de que, mientras ella pasaba por el trago de declarar que "el decreto es lo que es", el "cerebro" de la operación estaba de vacaciones. ¡Menuda papeleta!

Miguel del Pino, catedrático de Ciencias Naturales

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