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Miguel del Pino

La invasión de los plásticos

Son materiales que han cambiado nuestras vidas y no siempre son tratados con justicia "ecológica".

Son materiales que han cambiado nuestras vidas y no siempre son tratados con justicia "ecológica".
Residuos plásticos | Pexels/CC0/Magda Ehlers

Para empezar no hablemos "del plástico" sino de los plásticos, ya que existen siete tipos diferentes de estos materiales a los que habría que añadir un séptimo grupo formado por plásticos de origen mixto o de composición no del todo clarificada.

No todos los plásticos presentan idénticas facilidades para su reciclaje, no todos son igualmente contaminantes ni todos suponen peligro para la salud humana o del medio ambiente.

Agradecimiento a los servicios prestados

Los que son jóvenes en estos momentos no pueden imaginar la revolución en el terreno práctico que supuso la conquista del mercado por los más diversos objetos y utensilios formados por los materiales que hoy llamamos "plásticos". Con anterioridad a este acontecimiento, que tuvo lugar a comienzo de los años cincuenta del siglo XX, los metales, la madera o la pasta de papel obtenida por la tala del bosque ocupaban el espacio que los plásticos vinieron a complementar.

La gran mayoría de los plásticos reconoce en su origen el mundo de los combustibles fósiles, de manera que la contribución de estos materiales a la "sociedad de la comodidad" es otro de los factores que hay que poner en la balanza antes de denostar el descubrimiento de las posibilidades industriales de dichos recursos.

Es difícil comprender nuestra actual sociedad y su economía sin contar con los plásticos: algunas de sus utilidades tienen importancia especial, como la fabricación de utensilios de uso y consumo hospitalario.

Imaginemos la dotación de accesorios que hacen posible el funcionamiento de cualquier dependencia hospitalaria o mejor aún de una UVI: bolsas de suero o medicamentos, jeringas, tubos, máscaras respiratorias, mobiliario y sanitarios de cualquier tipo; los plásticos son omnipresentes en la estructura de tas variados objetos.

La disminución del peso de los envases plásticos en relación con otros fabricados con materiales metálicos o cerámicos es otro de los factores que han posibilitado que los plásticos hayan facilitado notablemente el transporte de materias primas, alimentos, medicamentos o simplemente agua en circunstancias en que estos productos resultan urgentes y vitales: otro ejemplo a favor de los plásticos en la balanza entre beneficios y contraindicaciones.

Digamos como curiosidad que una de las primeras apariciones de los plásticos en el mercado lo hizo en el mundo de la juguetería en forma de muñecos, pelotas o soldaditos; estos sustituyeron a los de plomo que hoy, por la toxicidad del contacto con este material, resultarían inaceptables para su uso por los niños.

Los mil y un cacharros domésticos de plástico sucedieron a los juguetes en la conquista del mercado y aquí las colectividades gitanas, entonces muy deprimidas económicamente, encontraron ocasión de mostrar sus habilidades para el comercio cambiando cubos o barreños por ropa utilizada u otros materiales domésticos que habían quedado obsoletos (años cincuenta).

Después, en muy pocos años, tuvo lugar la gran invasión: electrodomésticos, envases, materiales de construcción, sanitarios o carrocerías de vehículos pasaron a ser de plástico en lugar de construirse con madera o metales: un nuevo de mundo de posibilidades se abrió en apoyo de lo que dio en llamar "revolución industrial".

Es necesario aceptar que los nuevos materiales plásticos vinieron a mejorar nuestra comodidad en múltiples aspectos de nuestra vida y de nuestras formas de consumo, pero pronto comenzaron a presentarse las primeras objeciones.

Del uso al abuso y del abuso al despilfarro

De la comodidad que supuso la aparición de plásticos en nuestro entorno doméstico pasamos muy pronto al abuso y más tarde al despilfarro; no solo nosotros, los ciudadanos "urbanitas", sino también muy especialmente los industriales, de manera que pronto empezaron a aparecer los envases múltiples, las bolsas y otros accesorios de un solo uso y multitud de adminículos de plástico de carácter perfectamente prescindible.

Recordando el viejo aforismo ecologista: "reduce, recupera, recicla", en el caso de los objetos fabricados con materiales plásticos, habría que empezar por reducir el consumo de muchos de ellos y como hemos sido remisos a hacerlo, la Unión Europea se ha visto a obligada a prohibir ya en este año 2021 una multitud de objetos de uso doméstico (cubiertos de plástico o pajitas para consumir refrescos, por ejemplo).

La recuperación de los objetos de plástico es muy importante y para conseguirlo hay que seguir las instrucciones referentes a la separación de basuras, aunque ello pueda resultar en ocasiones molesto. El reciclado es otro tema mucho más complejo.

Porque no todos los plásticos son fáciles de reciclar y en algunos de ellos el proceso resulta inviable por su alto costo o por requerir temperaturas muy elevadas; como la identificación de los diferentes tipos de plásticos entre los componentes de los materiales de uso cotidiano no es sencilla para la mayor parte de los ciudadanos, la mejor recomendación general es utilizar el principio de prudencia y no tirar ningún plástico sin separar de otros restos domésticos.

Dentro de las siete clases generales en que se clasifican los plásticos no son similares desde el punto de vista de su potencial peligro ecológico los PVC que los polipropilenos, los poliestirenos o el resto de los plásticos comunes. No es objeto de este artículo entrar en detalles químicos o industriales sino llamar la atención de manera general sobre este creciente problema.

La palabra "microplásticos" fue elegida el pasado año como "especialmente importante en el mundo del ecologismo debido a la concentración en las aguas marinas de millones de toneladas de partículas plásticas procedentes del tratamiento inadecuado de los residuos. Lo que resulta altamente peligroso no solo para los peces sino para todo el ecosistema marino.

Hagamos una llamada a la colaboración en la lucha contra el abandono en el medio de restos plásticos domésticos, especialmente de bolsas, envases o embalajes, pero descarguemos un poco nuestra presunta culpabilidad al pensar que un altísimo porcentaje de la contaminación marina por plásticos procede de los grandes ríos del sudeste asiático. ¡Cualquiera se atreve a predicar por aquellas latitudes políticas con argumentos ecologistas!

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