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Pablo Molina

¡Al suelo, que viene la ONU!

En el año 2000, las cámaras de vigilancia dispuestas por las tropas onusinas grabaron el secuestro de tres soldados israelíes por parte de terroristas de Hezbolá ante las narices de la UNIFIL, sin que ninguno de sus soldados moviera un sólo dedo.

Dice Moratinos que Koffi Annan le ha dado una gran altura moral a la ONU. En efecto, si todos los dirigentes socialistas mediterráneos de mediados de los noventa hubieran recalado en las Naciones Unidas tras huir de la justicia, es difícil que la organización hubiera alcanzado mayores cotas de virtud que con sus actuales dirigentes.

Si por algo se ha distinguido la ONU desde su creación, ha sido por su condescendencia hacia las tiranías y su escrupulosa censura de las democracias liberales más acosadas por ellas. Desde 1948, una cuarta parte de sus resoluciones han ido destinadas a sancionar, advertir, castigar y condenar enérgicamente al estado de Israel. Por el contrario, hasta la fecha tan sólo cuatro estados árabes han merecido la reprimenda onusina. Viva la equidistancia.

Pero en el caso de las guerras entre el Líbano e Israel, la muchachada de Annan ha superado todas las plusmarcas en materia de indecencia. Ahora que el Padre Koffi nos lleva de excursión por aquellas tierras, bueno será recordar los principales hitos de la ONU en el sempiterno conflicto libanés.

Las tropas de interposición de la ONU entre el Líbano e Israel (UNIFIL) han estado operando en la frontera durante 28 años. En todo este tiempo, los cascos azules no han interceptado ni una sola de las infiltraciones de Hezbolá en suelo israelí para cometer atentados. En el año 2000, las cámaras de vigilancia dispuestas por las tropas onusinas grabaron el secuestro de tres soldados israelíes por parte de terroristas de Hezbolá ante las narices de la UNIFIL, sin que ninguno de sus soldados moviera un sólo dedo. Para mayor ultraje, los terroristas llevaban uniformes de la UNIFIL, que no es algo que se venda normalmente en las tiendas de Beirut. Cuando Israel descubrió que el secuestro había sido grabado por sus cámaras, solicitó a la ONU la entrega de las cintas con el fin de identificar a los culpables. Koffi, desde su altura moral, se negó en redondo a entregar las grabaciones hasta que fue obligado por una resolución casi unánime del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, que vinculaba la colaboración de la ONU en la investigación al mantenimiento del apoyo financiero norteamericano. Finalmente, Koffi accedió a la entrega de las cintas (la pela es la pela, especialmente en la ONU), no sin antes manipular las imágenes para que no fueran reconocidos los rostros de los culpables. En 29 de enero de 2004, los terroristas de Hezbolá devolvieron a Israel los cuerpos de los tres soldados asesinados. Misión cumplida.

Como es conocido, el pasado mes de julio terroristas de Hamás y de Hezbolá se infiltraron en territorio israelí, asesinando a varios soldados y secuestrando a un joven cabo y otros dos militares. En respuesta a la agresión, el ejército israelí desató una operación militar en la franja de Gaza y el Líbano. Como siempre, la izquierda internacional desató su habitual campaña contra Israel por su escasa capacidad de diálogo con los "milicianos" árabes. La ONU, para no ser menos, exigió también el cese de las operaciones militares. A juicio de Koffi Anan, las exigencias de la resolución 1701 son garantía suficiente de que Israel no será de nuevo atacado desde el Líbano. La mencionada resolución establece la prohibición de que el Líbano compre armas y munición a ningún país extranjero sin la aprobación de su gobierno. Al parecer, al bueno de Koffi le ha pasado desapercibido el hecho de que Hezbolá forma parte del gobierno democrático del Líbano, por lo que difícilmente va a negarse a sí mismo ninguna autorización.

Pero vayamos al meollo de la cuestión ¿Qué dice la doctrina de la ONU en materia de secuestros? Para conocerlo no hay más que leer con atención el documento "Convención Internacional contra la toma de rehenes" fechado en 1979, que reza: "Cualquier persona que rapte o detenga, y amenace con matar, herir o seguir reteniendo a otras personas con el fin de coaccionar a una tercera parte, a saber, un Estado, una organización internacional intergubernamental, una persona natural o jurídica o un grupo de personas, para que actúe o se inhiba de actuar como condición explícita o implícita para la liberación del rehén, incurre en la ofensa de toma de rehenes según la definición de esta Convención".En el caso de que el secuestro se produjera por parte de una organización de un país extranjero, "el Estado soberano del territorio del cual fue tomado el rehén tomará cuantas medidas considere oportunas con el fin de mitigar la situación del rehén, y en concreto asegurar su liberación, y tras su liberación, facilitar, cuando sea relevante, su partida". Se les escapó añadir "...salvo que los rehenes sean judíos, en cuyo caso el estado soberano del cual fue tomado el rehén deberá limitarse a aceptar la agresión sin más".

Y mientras tanto, el Partido Popular sigue prisionero de su complejo hegeliano. Al parecer, el razonamiento de los cerebros del partido ha sido el siguiente: 1.- Grupos terroristas secuestran y asesinan a varios soldados de Israel. 2.- La izquierda española se pone inmediatamente de parte de los agresores. Posición del PP: Darle todos los votos al PSOE para que contribuya a la inmoral equidistancia patrocinada por la ONU. Es decir, tesis, antítesis y síntesis. Hegel en estado puro. Y todo para que la Historia evolucione a través de esta curiosa dialéctica.

Lo que no parece entrar en la cabeza de los dirigentes populares, es que cuanto más "evoluciona" la política, más se aparta de los principios que supuestamente a ellos les toca defender. Si es que remotamente creen que les corresponde defender alguno, que esa es otra.

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