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Pablo Molina

Charlotada lazi en el Supremo

Solo ellos ignoran que son el hazmerreír del mundo civilizado y que sus llantinas sólo se las toman en serio botarates como el pequeño Nicolás o la pobre Talegón.

Solo ellos ignoran que son el hazmerreír del mundo civilizado y que sus llantinas sólo se las toman en serio botarates como el pequeño Nicolás o la pobre Talegón.
EFE

Los separatistas catalanes, y muy especialmente los líderes que desde ayer se sientan en el banquillo de los acusados, tienen un grave problema de percepción de la realidad. Solo así se explica que la estrategia de las defensas de unos tipos que llevan más de un año en prisión acusados de delitos castigados con penas de hasta 40 años de cárcel dediquen la primera jornada de la vista oral a dar un mitin y hacer el ridículo, como si el Tribunal Supremo fuera un plató de TV3.

Sin ir más lejos, el abogado de Junqueras esgrimió la opinión de los tertulianos de TVE como argumento de autoridad para afirmar que no hubo delito de rebelión. Eso, el letrado del acusado que se va a comer el marrón más gordo, lo que nos permite prever el nivel argumental de los que vienen detrás.

Se creyeron por encima de las leyes y que la unidad de España estaba supeditada a sus delirios racistas. Por eso rompían las citaciones del Tribunal Constitucional descojonándose ante las cámaras, desoían las advertencias de sus propios letrados y siguieron dando forma al golpe de Estado sin la menor ocultación. Solo ellos ignoran que son el hazmerreír del mundo civilizado y que sus llantinas por que la puta España no los deja independizarse sólo se las toman en serio, previo pago de su importe, botarates como el pequeño Nicolás o la pobre Talegón.

Lo asombroso de estos personajes es que todavía crean que el mundo les debe una explicación y que este juicio es muy bueno para la republiqueta porque van a salir todos absueltos y el que va a quedar por los suelos es el Estado español. Y sin embargo al pío Junqueras probablemente no lo salve ni el Altísimo de treinta o cuarenta años de trullo, como un ecce homo. De ahí hacia abajo habrá graduación de penas, pero raro será que alguno salga con menos de un lustro de cárcel a cuestas. Y lo mejor de todo es que en España no pasará absolutamente nada. Como dijo aquel mozo preclaro, son tan idiotas que no saben que la republiqueta ni existe ni existirá. Todo seguirá como corresponde: ellos en la trena y los españoles teniendo que seguir soportando la tortura psicológica de los lazis y la vergüenza de pagar el sueldo a vagos redomados como Rufián.

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