Menú
Pablo Molina

Contra los recortes (del trinque)

Si todo el follón es por mantener el trinque, desde aquí mis respetos. ¿O es que acaso sólo van a poder depredar los archimandritas del cine?

A finales de los ochenta, miles de españoles acudíamos a la universidad en horario nocturno para poder compatibilizar los estudios con nuestros trabajos. En una ocasión, con motivo de una huelga de estudiantes a cuenta de una subida de las tasas universitarias decretada por el PSOE, el profesor de estadística descriptiva apareció en el aula con el único objeto de avergonzarnos públicamente por no haber secundado esa huelga, pues ese día, como cualquier otro, el cien por cien de los alumnos matriculados en ese régimen horario estábamos en clase.

El hombre comenzó su catilinaria manifestando su respeto reverencial hacia los movimientos estudiantiles, que, nos aclaró, él mismo había liderado en su mocedad. A continuación intentó acusarnos de insolidarios y veladamente también de fascistas, pero no pudo culminar su razonamiento ante la bronca monumental que hubo de soportar, con inclusión de un variado ramillete de epítetos provenientes de ochenta tíos como ochenta armarios roperos que trabajábamos ocho horas diarias antes de ir a clase y no estábamos dispuestos a soportar los insultos de un cabestro leninista. Al poco tiempo, el nombre de este profesor megaconcienciado quedó en entredicho por su propensión a extender las tutorías con ciertas alumnas más allá de lo razonable, pero por fortuna para la Universidad pública española el hombre superó el incidente; y ahí seguirá todavía, aleccionando a las jóvenes generaciones de universitarios en las virtudes de la lucha callejera contra el "sistema".

Que pasen estas cosas es perfectamente normal. Al fin y al cabo se trata de actitudes coherentes con los mecanismos de cooptación establecidos por los claustros y los resultados académicos que la universidad española ofrece al orbe civilizado. Lo que resulta más sorprendente es que las víctimas de este sistema, un sindicato de estudiantes que blasona en su web de su estrecha "vinculación con el movimiento obrero [sic] y sus métodos basados en la lucha y la movilización", comiencen ya desde el instituto a defender la estafa a que están siendo sometidas, y además lo hagan con el apoyo entusiasta de sus papás y sus mamás.

Tan sólo la existencia velada de un motivo pecuniario, la reducción de las ayudas públicas a ambas organizaciones, podría convertir en respetable esta huelga de unos estudiantes que, por otra parte, carecen obviamente de un puesto de trabajo al que dejar de acudir mientras se ventilan sus exigencias programáticas. Si todo el follón montado es por mantener el trinque, desde aquí mis respetos. ¿O es que acaso sólo van a poder depredar el presupuesto los archimandritas del cine?

Temas

En España

    0
    comentarios