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Pablo Molina

Jordi Alba pone la guinda a un Mundial muy familiar

La próxima Eurocopa promete ser espectacular en el campo. Y en la zona mixta, todavía más.

La próxima Eurocopa promete ser espectacular en el campo. Y en la zona mixta, todavía más.

El Mundial de Brasil no nos ha salido exactamente como teníamos previsto, pero a cambio ha tenido importantes efectos pedagógicos en los jóvenes que no habían vivido jamás a un petardazo futbolístico de nuestra Selección. Los quinceañeros sólo han visto a los equipos españoles mandando en las competiciones europeas y a la Selección Española aburriendo a sus rivales en el más amplio sentido de la palabra, ganando Eurocopas como si no fuera a haber un mañana y, de paso, inaugurando el palmarés mundialista de esta nación milenaria con la victoria en Sudáfrica 2010. Total, que nuestros adolescentes han estado viviendo por encima de sus posibilidades futbolísticas y eso, tarde o temprano, acaba pagándose.

El encargado de pinchar la burbuja futbolística ha sido Vicente del Bosque, un hombre eminentemente progresista y, en consecuencia, contrario a los abusos de los poderosos que agravan las desigualdades de la humanidad. De acuerdo, tal vez no fuera esa su intención al principio del Mundial, pero intuitivamente es seguro que por la mente de nuestro seleccionador y sus colaboradores ha pasado la idea de que, hombre, también es que estábamos abusando demasiado de los demás y convenía ya parar.

Este ha sido un Mundial para ver en familia. Los padres con hijos adolescentes hemos tenido el privilegio de acompañarlos en directo en su primer cabreo monumental con la Selección, y nada une más a un padre y un hijo que vivir juntos una derrota de semejante calibre. Ahí es nada, eliminados en la primera fase como los grandes; nada de cuartos de final, como era tradición. Cuando nosotros éramos chicos, el dilema en un Mundial era saber si íbamos a llegar a cuartos, en el bien entendido de que ahí se acababa la competición, mientras que los jóvenes de ahora sólo discutían acerca de qué selección iba a tocarnos en la final. Gracias a del Bosque y a la Roja, los adolescentes han empezado a curtirse en la derrota como hicimos los mayores, experiencia imprescindible para forjar adecuadamente la personalidad de los hombres del mañana.

Y para que el efecto formativo fuera completo, Jordi Alba ha tenido el detalle de brindar una lección de propina cuando el resto de jugadores ya sólo pensaba en hacer las maletas y subir pronto al avión. "Te voy a arrancar la cabeza", es lo que el lateral zurdo del Barça le dijo a un periodista desafecto al término del partidillo con Australia, haciendo gala de los valorsde la institució. He ahí la prueba de que por debajo del tiki-taka metrosexual y petimetre todavía late la esencia de la furia española, verdadera alma de nuestra Selección. La próxima Eurocopa promete ser espectacular en el campo. Y en la zona mixta, todavía más.

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