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Pablo Molina

La marcha fucsia

Lo peor para Sánchez es que la invasión de Ceuta provocada por Marruecos no es un conflicto que pueda resolverse apelando a la sororidad resiliente de todos, todas y 'todes'.

Lo peor para Sánchez es que la invasión de Ceuta provocada por Marruecos no es un conflicto que pueda resolverse apelando a la sororidad resiliente de todos, todas y 'todes'.
Cordon Press

Alfonso Guerra dijo en los ochenta que los socialistas iban a dejar a España que no la iba a conocer ni la madre que la parió. Más recientemente otro socialista, ZP, aseguró que las reformas introducidas por su Gobierno seguirían surtiendo efecto varias décadas después de que dejara el poder. Los dos dijeron la verdad.

Pedro Sánchez va un poco más allá –cómo no– y va a crear un modelo de Estado cuya vigencia se extenderá hasta 2050 (tirando por bajo). Lo ha explicado el jefe de su asesoría gubernamental, Iván Redondo, en un artículo incomprensible, autorreferencial y lleno de frases retóricas, lo que indica claramente que estos tipos van en serio.

Hay que ser muy sanchista para elaborar un documento de perspectivas para dentro de 30 años, tratándose del Gobierno que peor ha combatido la crisis sanitaria de todo el mundo desarrollado y el que ha destrozado el empleo y la economía de su país más rápidamente y con mayor intensidad. "Las 1.600 referencias bibliográficas, modelizaciones matemáticas y 350 gráficos basados en 500 series de datos" que Redondo asegura haber manejado para elaborar ese "ejercicio de Estado" no explicarán cómo es posible que el gobernante para el que trabaja sea tan bestialmente incompetente. A cambio surtirán de argumentos a los medios afines y a las pedrettes para que anuncien esta nueva alborada sanchista que nos están preparando en la Moncloa.

La realidad va a toda velocidad, aunque Sánchez corre más y siempre acaba zafándose de su abrazo. Pero incluso a un piernas como él lo acaba abofeteando en algunas ocasiones, utilizando a personajes históricos que no le van a la zaga en cuanto a falta de escrúpulos y oportunismo.

Ahí está, si no, Mohamed VI, para chafar al sanchismo esta semana de trompetería en torno a sus vaticinios para el año 2050, con una reedición posmoderna de la famosa Marcha Verde. Ahora es más bien fucsia, pero con iguales objetivos que aquella que organizó su papá cuando Franco doblaba la servilleta y con el mismo sentido de la oportunidad.

Lo peor para Sánchez es que la invasión de Ceuta provocada por Marruecos no es un conflicto que pueda resolverse apelando a la sororidad resiliente de todos, todas y todes mediante la implantación de una economía ecofriendly y el uso del lenguaje inclusivo. Aquí se trata de que miles de marroquíes dispuestos a todo entran ilegalmente en la Unión Europea a través de nuestra frontera y toca devolverlos a su país, incluso a pescozones si fuera menester. Nadie puede negar que las imágenes que vamos a ver en los próximos días, si los periodistas desplazados a la zona no se marcan un gaza, van a ser muy interesantes para acotar el nivel de compromiso de unos partidos en el Gobierno que defienden la apertura indiscriminada de fronteras y la acogida de todes las personas inmigrantes e inmigrantas a cuenta del erario público.

Y todo esto en la semana en que debía presentarse ante el mundo el documento España 2050. Si Iván Redondo ha hecho bien su trabajo, habrá incluido un epígrafe para explicar que también en esa fecha tendremos que seguir lidiando con las putadas periódicas de nuestro amigo del Sur.

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